La gestión del clan Corvalán al frente del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) de Capital Federal y Dock Sud suma un nuevo escándalo que indigna a los trabajadores del sector y a la comunidad marítima y portuaria en plena pandemia. En el 2020 hubo denuncias de negligencia a la hora de que el gremio cumpla los protocolos para su activismo sindical.
Se trata de las denuncias por el abandono a un estibador de la Terminal 5 porteña que se encuentra en “Coma 4”, que -al contraer COVID19- no tuvo la asistencia debida por parte de la obra social del gremio, lo que fue denunciado por diversos audios de WhatsApp a sus amigos de la base y que circulan por las redes sociales.
Mientras, el hijo del Secretario General encuadra polémicamente el contagio en rumores de asambleas opositoras de las que participó el estibador, bajo un eventual pretexto o culpabilidad del contagio tal como denunció la familia del mismo. Algo vergonzoso e indignante.
Crónica de un horror
Esta semana se dio a conocer la dramática situación por la que está atravesando Emliano Orlando Villalba, estibador de la Terminal 5 del Puerto de Buenos Aires conocido como “Villa” y delegado del SUPA, quien se contagió de COVID-19 y fue abandonado por la obra social del Sindicato, “a cargo de la hija de Juan Corvalán, Secretario General”.
Por medio de un audio de WhatsApp, que viralizaron los trabajadores indignados, se difundió el crudo relato de Paola Hanz Plata, esposa de Villalba, sobre las múltiples trabas que tuvo que atravesar en el momento crítico de requerir atención médica, ante la desidia de quienes manejan hace años la salud en el gremio.
Emiliano Villalba se encuentra en estos momentos “muy grave, con respirador artificial, dado vuelta, en coma inducido y la está pasando muy mal”, cuenta Paola en el audio que publicamos en esta nota.
La dramática situación en primera persona
La esposa del trabajador relata que el lunes de la semana pasada Villalba comenzó a presentar síntomas asociables con COVID-19, por lo cual se le realizó un hisopado, cuyo resultado demoró dos días. “El día miércoles, ya con un resultado positivo, vino el médico de la obra social, obviamente después llamar 200 veces y tener que conseguir un carnet provisorio y no sé cuántas cosas más”, explica Paola, agregando que su marido “hacía muchos días que no podía ni siquiera tomar una cucharada de agua porque la vomitaba, tenía mucha diarrea, mucha fiebre, pasando los 39°, y estaba muy mal, con la saturación en el límite”.
Continuando el testimonio, Paola señaló que los síntomas se agravaron cuando Emiliano comenzó a vomitar “flema con sangre”, y en plena desesperación comenzó a pedir una ambulancia. “Llamé a la obra social, me atendió una chica que me dijo que en el transcurso del día iba a venir una ambulancia”, lo que provocó el enojo de la esposa de Villalba ante la incomprensión de la urgencia del cuadro. Su pedido solo fue correspondido con agravios: “la maleducada me dijo de todo, me preguntó sí yo era médico o no era médico”, en una inoportuna ironización de nada más ni nada menos que la hija de Juan Corvalán, según comentó la esposa de Villalba.
“Traté de guardar mi entereza, le contesté bien y le pedí que me la mandara por favor lo más rápido posible. Pasó una hora, una hora y media…” explica Paola, pero la ambulancia nunca llegó.
“Me lo llevé inconsciente vomitando sangre al único lugar donde yo lo podía llevar manejando con una mano, a la clínica Constituyentes”, expresa en un relato estremecedor al que pudo acceder Notitrans.
El nepotismo de la insensibilidad y prepotencia
El cuadro de Villalba empeoró drásticamente, por lo que entró en coma. Fue en ese momento que los Corvalán se interesaron en él. “Cuando el entra en coma ayer me empezó a llamar una señora de la obra social que me dice que iba hacer un reclamo porque la ambulancia no llegó o no sé qué, que me iba a llamar un auditor médico y me empezó a preguntar los síntomas y todas cosas para hacer un papeleo pedorro para cubrirse el culo”, se descarga Paola, con la bronca lógica tras el abandono que sufrió su esposo.
Recién con Villalba en coma apareció Diego Crovalan, Secretario Gremial del SUPA e hijo de Juan, para excusarse y culpabilizar al trabajador en su máximo momento de vulnerabilidad. Así, llamó tres veces a Paola para “preguntarme cómo está, pero en el fondo se quiere cubrir el culo y me está diciendo que Emiliano se contagió por defender a sus compañeros”.
“Son rumores, señora, se dice que hubo una reunión en contra del sindicato para ver lo que pasó en la Terminal 5”, expresa textual con indignación la esposa de Villalba sobre las palabras de Diego Corvalan, quien no hizo más que evadir sus responsabilidades con una interna sindical. “No me puede decir eso este payaso en el momento que yo estoy viviendo”, explota Paola sin poder creer lo que escucha.
De esta forma, la esposa de “Villa” pidió ayuda desesperada a los compañeros del trabajador, que está luchando por sobrevivir, para que actúen contra el desamparo que están viviendo los afiliados de la OSPA, la obras social del SUPA. “Si ustedes son compañeros de Emi y lo conocen, saben que por ustedes hacía cualquier cosa, espero que por lo menos le cierren la boca a este payaso porque es un payaso, y por favor que no me llame más porque yo soy capaz de cualquier cosa para mi esposo”, estalló de indignación y desesperación la pareja del trabajador en coma.
Por estas horas hay una cadena de oración por la recuperación de “Villa” pero también corre la indignación en la comunidad portuaria por el estremecedor relato de la mujer . No importa a qué gremio un trabajador pertenezca. Con la vida del trabajador no se juega sea opositor u oficialista. Una vez más el clan Corvalán da cátedra de lo que no se debe hacer y merece ser repudiado por el sindicalismo solidario y responsable.
