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El efecto del costo de combustible en la logística

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Tanto la industria aeronáutica y el sector del transporte público deberían ser beneficiados por la histórica baja. Hoy la ilusión del mundo entero es sobrevivir a la pandemia.

La fluctuación de precios en el mercado del combustible tiene un efecto en constante evolución en la industria de la logística. Los rápidos aumentos en el precio del combustible pueden tener un efecto demorado y devastador en las empresas de gestión de carga, y una caída repentina podría dar lugar a aumentos a corto plazo en las ganancias y un aumento de la competencia en el mercado para proporcionar a los consumidores el precio más bajo.

Como casi siempre, ¿Qué pasa cuando suben los precios del petróleo?
A medida que aumenta el costo del combustible, los transportistas se ven obligados a aumentar los precios o asumir pérdidas. A su vez, el costo del combustible no solo afecta a la empresa de logística, sino también al que la envía y a la fuente de ganancias del remitente. Es un efecto dominó externo: si al transportista le cuesta más transportar la carga, se le cobrará más al remitente para compensar esto. Si al remitente se le cobrará más por transportar la carga, al receptor se le cobrará más para compensar sus costos adicionales. Una cadena, claro.

El medio preferido para el cambio de transporte, ya que cada vez es menos viable económicamente mover la carga utilizando métodos ineficientes de combustible en relación con el mercado. Por ejemplo, si el costo del uso del ferrocarril es bajo y los costos de combustible son altos, una compañía de logística puede enviar más carga a través de transportistas intermodales que a través de los camiones que vemos recorrer las largas rutas argentinas.

Esto significa que los productos se venderán a los consumidores a costos más altos para compensar los mayores costos de transporte y combustible. Básicamente, los mayores costos de combustible causan inflación del producto y afectan todos los aspectos del transporte de producción en el camino.

El resultado final: mayor costos de combustible significa un incremento que llega al consumidor.

Cabe preguntarnos dónde estamos parados hoy en abril de 2020. Sí, frente a una pandemia que obliga al 80 por ciento de los seres humanos a estar en un autoconfinamiento, o sea, a que una parte enorme de la población humana no se desplace como lo hace habitualmente a través de medios de transporte que utilizan, como decíamos antes, hidrocarburos derivados del petróleo.

 ¿Qué sucede cuando caen los precios del combustible?

Cuando cae el costo del combustible, en este caso la baja más importante de los últimos 20 años, generalmente se aplica lo contrario. Los ahorros se transfieren al consumidor en forma de precios más bajos, como se esperaba. La demanda de servicios de envío aumenta a medida que disminuye el costo. Las ventas y la rentabilidad reciben un impulso y fomentan el crecimiento. Las empresas de logística que proporcionan los mayores ahorros en costos pueden redirigir los esfuerzos de mitigar los altos costos del combustible a trabajar para aumentar la velocidad del servicio y mejorar otros aspectos de sus operaciones.

Claro, todo eso en una baja normal, con todo funcionando normalmente. Ahora, como decíamos antes, esta pandemia lo ha cambiado todo, incluso hasta lo impensado.

Hoy, a mediados de abril de 2020, la baja del petróleo provocaría  alegría de muchas industrias del transporte como por ejemplo en el sector aerocomercial. Claro, esta vez no, no sabemos cuantos podrán sentarse a la mesa para festejar, gran parte de esas enormes y orgullosa empresas hoy están condenadas a desaparecer.

Lo mismo sucede con las empresas distribuidoras o expendedoras de combustible. Con cientos de miles de empresas de transporte público y así con cientos de miles de compañías que hoy no tienen noción de cómo harán para pasar esta próxima temporada.

Por todo ello, la situación es verdaderamente preocupante porque no sabemos muy bien que de todo el mundo que conocimos hasta hace un mes estará en pie el próximo mes, pasado el invierno o el año que viene.