Las licencias de importación no automáticas, que pueden retrasar la entrada de productos en hasta 60 días, comenzaron a ser aplicadas el martes de la semana pasada, principalmente a productos perecederos, entre los cuales trigo, manzanas, vino, patatas y uvas pasas, informó una fuente del gobierno brasileño a la AFP.
La aplicación de esta medida es una respuesta a "una caída acentuada de las exportaciones brasileñas a Argentina" desde que en febrero Buenos Aires comenzó a aplicar un nuevo mecanismo de declaración de importación. En abril, las exportaciones brasileñas a Argentina cayeron 23 por ciento, según datos oficiales. Esta es la primera medida de presión del gobierno brasileño, que mantuvo hasta ahora una posición prudente, evitando críticas a los vecinos.
Argentina es el tercer socio comercial de Brasil. El comercio bilateral alcanzó el récord de 39.615 millones de dólares en 2011, con un amplio superávit para Brasil de 5.803 millones de dólares. Argentina impuso en febrero un mecanismo que obliga a hacer una declaración jurada antes de autorizar la entrada de productos de otros países. La normativa se sumó a otras medidas de sustitución de importaciones que apuntan a frenar la salida de divisas en un contexto de crisis internacional.
El canciller argentino, Hector Timerman, se reúne el martes en Brasilia con su par brasileño Antonio Patriota. Según un comunicado de la cancillería brasileña, los dos cancilleres "pasarán revista a los principales temas de la agenda bilateral, con énfasis en la integración económico-comercial".
