16.9 C
Buenos Aires

Julio Borovik, ARS: “Falta una política nacional para la industria naval”

MÁS NOTICIAS

 

El Astillero Río Santiago, es una empresa que nació bajo la órbita del Estado nacional a mediados de la década del '50. Sin embargo, en los '90 pasó a ser una empresa del gobierno bonaerense. Julio Borovik, su actual gerente general dialogó con Notitrans sobre la importancia que tiene para la actividad, una norma que regule y valorice al sector marítimo.

Nt.: ¿Fueron los '90 un punto de quiebre para una industria que supo ser el orgullo de los argentinos?
J. B. : Durante los '90 la industria naval casi desapareció. Principalmente porque se desactivaron el Fondo de la Marina Mercante y la Ley de Reserva de Cargas, que aseguraba una cantidad de fletes a buques de bandera argentina. Y así acabo la época más importante de la marina nacional.

Nt.: ¿Cómo recuerda ese periodo?
J. B.: Y… desparecida la Ley y el Fondo, los armadores se quedaron sin financiamiento y a partir de ahí comenzó la pendiente para toda la industria. Durante varios años no hubo producción. Muchos astilleros en esa época directamente debieron cerrar sus puertas.

Nt.: ¿Cambió la situación con la llegada del kirchnerismo al poder y su impronta industrialista?
J. B.: Este es un buen momento para la actividad, pero hasta hoy no hay una política nacional que impulse la industria naval. No hay una ley ni un proyecto concreto en marcha para movilizar a toda la industria naval nacional.

Nt.: ¿Pero no se volvieron a fabricar barcos en Argentina luego de una década sin producción?
J.B.: Astillero Río Santiago tuvo suerte, porque el ex presidente Néstor Kirchner y el presidente venezolano, Hugo Chávez, vinieron al astillero y dijeron que se iban a construir barcos para Venezuela. El primer buque acordado, 'Eva Perón' está en grana y este año va al agua. Y hay un segundo en proceso. A partir de contratos por vinculación entre países o desarrollos del propio astillero, la actividad marca, pero queda como asignatura pendiente reflotar la Ley y el Fondo, porque los armadores tienen que tener financiamiento genuino.

Nt.: ¿Mejoró la participación nacional en la flota de comercio exterior?
J. B.: Para nada. Se mueven U$S 5.000 millones anuales de flete por barco por exportaciones. Casi nada de eso sale con bandera argentina. El Gobierno debe ver que la industria naval es madre de otras industrias. Un país geopolíticamente ubicado como Argentina, con su transporte externo todo por agua, tendría que tener una industria naval fuerte. La Argentina exporta prácticamente todos sus productos por agua. El barco es el valor agregado de la exportación.

Nt.: ¿Cuál es la situación del astillero?
J. B.: Actualmente hay una grada ocupada y firmes posibilidades de ocupar la segunda, de las tres que tiene el astillero, cuando hace ocho años no se ocupaba ninguna. Además, vamos a participar de una compulsa para ver si nos adjudican el techado de un estadio brasileño para la próxima Copa del Mundo 2014.

Nt.: ¿Astillero Río Santiago tiene experiencia en este tipo de emprendimientos?
J. B.: Sí, junto con la empresa Birdair, fuimos los que realizamos el montaje y la fabricación de piezas para el techado del Estadio Único Ciudad de La Plata. El resultado fue tan bueno, que la compañía mostró su interés por volver a trabajar en sociedad para la fabricación de una estructura metálica para el techado del estadio de fútbol del estado de Recife, y que consiste en la construcción de 58 módulos, de una estructura metálica tubular, de 32 metros de largo y 12 de ancho cada uno, cuya ingeniería de detalle estaría a cargo del ARS y la obra demandaría unos 14 meses.

Nt.: ¿Otros proyectos?
J. B.: Hay muchas alternativas para los astilleros. Por ejemplo, ya avanzamos en la elaboración de un presupuesto para la construcción de 35 torres para molinos de viento en la provincia de Buenos Aires que generarán energía eólica para la economía regional.