El director apartado del Departamento Nacional de Infraestructura en Transporte (Dnit), Luiz Antonio Pagot, afirmó a diversos medios de su país que el organismo está “extremadamente fiscalizado y controlado”, y subrayó que las decisiones no se toman aisladamente.
Durante la audiencia pública en las Comisiones de Infraestructura, y Fiscalización y Control del Senado, Pagot refutó las acusaciones contra él de sobrefacturación y de integrar un esquema de cobro de coimas para la adjudicación de obras públicas del Ministerio de Transporte A raíz de las denuncias, la presidenta Dilma Rousseff dispuso la semana pasada el apartamiento de cuatro funcionarios del ministerio, entre ellos Pagot, y aceptó la renuncia del ministro Alfredo Nascimento, miembros del Partido de la República (PR), aliado del gobierno.
En el Senado, Pagot afirmó que el organismo creó un núcleo de licitaciones para elaborar los procesos en conjunto con los órganos de fiscalización como el Tribunal de Cuentas de la Unión y la Controladuría General de la Unión.
“El Dnit es extremadamente fiscalizado y controlado”, afirmó en la etapa final de su exposición en la audiencia pública, luego de explicar que el Dnit creó un padrón que imprimió agilidad a las licitaciones, cuyo plazo medio pasó de 12 a cuatro meses con más de 300 empresas que trabajan en las obras en ejecución.
El ex funcionario, quien precisó no estar cesanteado en sus funciones sino de licencia, también explicó que existe un consejo de administración y un conjunto de direcciones que toman decisiones en el Dnit, eximiéndose de la responsabilidad de decidir aisladamente sobre la conducción de las obras.
Pagot, además, aseguró que nunca recibió ningún pedido del ministro Paulo Bernardo (hoy en Comunicaciones) durante su conducción del Ministerio de Planeamiento durante la gestión de Luiz Inácio Lula da Silva, tal como denunció el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
En su comparecencia, Pagot, también afiliado al PR, negó que los recursos del ministerio hubiesen sido desviados hacia cuentas de ese partido.
El funcionario admitió que Rousseff llegó a cuestionar el alto costo de algunos contratos en una reunión que tuvo con altos cargos del ministerio pero que en la misma quedó zanjado que el incremento se produjo por complementos acordados posteriormente.
Nascimento fue el segundo ministro en dimitir desde enero pasado, cuando Rousseff asumió su mandato –el primero fue el titular del Ministerio de la Presidencia Antonio Palocci, que también se fue envuelto en sospechas.
La presentación en el Congreso no rindió los frutos esperados por la oposición a Dilma Rousseff
