"Hay que empezar a volar con un avión propio, un avión entrenador, que con el equipo de radio básico sale unos 2000 pesos. Es un avión sencillo, como para empezar a dominar el avión en el aire. Así se comienza", cuenta Daniel Darnay, presidente de la FAA y aficionado hace 31 años a este hobby.
En el país hay 5500 personas que practican aeromodelismo, 120 clubes asociados y una veintena de tiendas. Para quien inicia es clave acercarse a una entidad especializada y tomar clases. "Los clubes están obligados a enseñarte con un sistema llamado doble comando, así que esos 2000 pesos duran porque no se va a romper el avión. Luego se comienza a gastar más plata", señala Darnay.
Para los más entendidos, construir o armar modelos lo más parecido a los aviones reales y lograr que vuelen se vuelve un desafío al que dedican mucho tiempo y dinero.
Daniel Ventura, aficionado hace 26 años y socio del Club Aeromodelista Río de la Plata, invirtió dos años y unos US$ 3000 en armar un AT-6 Texas, réplica a escala de un avión usado en la Segunda Guerra Mundial. Ganó tres torneos con ese avión, lo que -sumado al detalle de los accesorios- eleva el precio.
En el aeromodelismo hay varias categorías, cada una con su complejidad. Se destacan los aeromodelos de vuelo libre, acrobacia, escala, modelos de interiores, planeadores, helicópteros y de vuelo circular. En los últimos años en la Argentina, afirma Darnay, hay igual preferencia por aviones y helicópteros, los que se utilizan con motores a explosión (que mezclan nafta y aceite), y eléctricos, aunque estos últimos ganan espacio porque son menos contaminantes.
Los precios de los helicópteros van entre $ 1500 y $ 6000 en tiendas como Helitec, Master Hobbies o 3 D Models, pero hay modelos que llegan a los US$ 5000, dice Santiago Estrada, aeromodelista del Club Newbery y dueño de Master Hobbies.
En los aviones, el grupo elite del aeromodelismo son los jets, que vuelan a velocidades de 200 a 500 kilómetros por hora y usan combustible de avión. El modelo más sencillo cuesta US$ 6000 y los más sofisticados, según la similitud con un modelo real, pueden llegar a US$ 40.000, cuenta Hugo Bustos, aeromodelista que cada año organiza un encuentro internacional con jets en Villa Rumipal, Córdoba.
Las ventas de estos modelos son variables. En un mes se pueden vender tres o uno, a US$ 9000 en promedio, incluido el equipo completo (turbina y radio), dice Estrada.
Las aeronaves también tienen estuches para traslado o sus propios hangares. En el Club Newbery, en Ezeiza, hay 40 hangares a escala por los cuales sus socios pagan $ 8000 su uso exclusivo por cinco años.
