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Buenos Aires

Una avioneta descendió por emergencia en La Pampa

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La aeronave Cessna había partido desde la localidad de Realicó, 180 kilómetros al norte de Santa Rosa, en un vuelo privado de la familia Lange, quienes son empresarios del rubro de ventas de maquinarias agrícolas.


La avioneta sufrió la rotura del tren de aterrizaje, por lo que le ordenaron al piloto que se dirigiera al aeropuerto de Santa Rosa.


Allí tuvo que dar varios giros en la ciudad durante dos horas y media, hasta gastar buena parte de su combustible para facilitar el aterrizaje, lo que finalmente realizó con éxito anoche, pasadas las 22.35.


El operativo se hizo mientras en la estación aérea coordinaban las tareas el gobernador, Oscar Jorge, y el jefe de Policía, Ricardo Baudaux, con bomberos, agentes de la fuerza de seguridad y brigadistas de Defensa Civil.


"Por suerte no hubo heridos", destacó el jefe de Defensa Civil, Gustavo Romero. La avioneta logró descender sin utilizar las ruedas, debido a que se encontraba dañado el tren de aterrizaje, y cayó sobre el asfalto de la pista del aeropuerto local.


Por su parte, Guillermo Lange, en contacto con los medios locales, destacó el trabajo del piloto, Fernando Pérez, de 33 años, que "hizo maravillas" para aterrizar.


El sobreviviente comentó que "salieron de Realicó a dar una vuelta en el avión y cuando intentaron descender notaron que el sistema de aterrizaje manual no funcionaba, por lo que decidieron continuar el vuelo hacia General Pico", donde fueron derivados hacia Santa Rosa, dado que en la ciudad norteña no contaban con las medidas de seguridad necesarias.


Lange expresó que antes del aterrizaje, todos los ocupantes de la nave colocaron la cabeza entre sus piernas, como se indica que se debe hacer en casos de emergencia.


En la avioneta viajaban dos niños que resultaron ilesos, y hasta se hicieron un minuto para bromear luego del aterrizaje, al asegurar que "volverían a volar".


Por su parte, el piloto explicó que la maniobra de aterrizaje la llevó a cabo apagando los dos motores y las hélices al aproximarse a la pista, de forma tal que el avión planeó unos segundos mientras intentaba "tocar lo más suavemente posible" el suelo.


"Es la primera vez que me pasa (un desperfecto de este tipo) y esperaba otra cosa más grave", admitió Pérez, en diálogo con el canal C5N, a la vez que describió el aterrizaje sin tren como "un raspón" del fuselaje que, en este caso, aseguró "no fue tan violento", ya que el avión "se paró bastante suavemente".


El piloto agradeció el "excelente" trabajo de los servicios de emergencia del aeropuerto de Santa Rosa y también la presencia del gobernador en el lugar.


Además, explicó que entre los pasajeros "dos eran pilotos" por lo que estaban "conscientes de la situación", mientras los dos niños "viajaban con el tío que los calmó mucho", de forma tal que en la nave hubo un "ambiente tranquilo".


De todas formas, admitió que las dos horas de sobrevuelo para eliminar combustible fue un momento de "ansiedad", aunque también ayudó "para realizar la maniobra bien prolija, bien pensada".