Se trata de la segunda vez en menos de una semana que el gobierno del presidente François Hollande da marcha atrás sobre una medida tributaria, después de que el domingo decidiera que no se impondría un impuesto previsto sobre las cuentas de ahorro.
"He decidido suspender la implementación de la ecotasa para dar un tiempo necesario al diálogo a nivel nacional y regional", anunció Ayrault tras una reunión urgente con legisladores y funcionarios oficiales de Bretaña. El primer ministro precisó sin embargo que la suspensión de este impuesto "no significa su supresión".
Esta ecotasa, destinado a fomentar un transporte comercial respetuoso del medioambiente, impone nuevos gravámenes sobre los camiones franceses y extranjeros de más de 3,5 toneladas. Estaba previsto que este nuevo impuesto entre en vigor el 1 de enero. Sin embargo, la medida fue mal acogida por los agricultores y los trabajadores del sector de alimentos en todo el país, pero sobre todo en Bretaña, región en la que la economía depende en gran medida de la agricultura.
Violentos enfrentamiento
En este contexto, durante el último fin de semana se produjeron marchas de protesta que dejaron varios heridos, estallaron el sábado pasado entre manifestantes y la policía en Bretaña. Otra protesta está prevista este sábado en la ciudad bretona de Quimper. Los organizadores de la protesta se comprometieron a seguir adelante con las movilizaciones a pesar de la suspensión de la medida. "Esto no es suficiente", dijo a la AFP Christian Troadec, alcalde de la ciudad de Carhaix y uno de los dirigentes de las protestas.
"Bretaña exige la suspensión permanente de la ecotasa, sobre todo porque no sabemos cuánto tiempo durará esta moratoria", explicó. La ecotasa fue adoptada por el gobierno de centroderecha delexpresidente Nicolás Sarkozy en 2009, pero su implementación ha sido postergada en varias ocasiones. La decisión del gobierno socialista, que ha alcanzado récords de impopularidad según sondeos, podría hacer tambalear la coalición en el poder, que cuenta entre sus filas a dos ministros ecologistas.
Tres cuartas partes de los franceses tienen una opinión negativa tanto del presidente, François Hollande, como de su primer ministro, Jean-Marc Ayrault, de acuerdo a sondeos que señalan que jamás ningún presidente francés ha sido tan impopular, según descata la agencia de noticias francesa AFP.
