El Onega se hundió en las primeras horas del lunes y se está llevando a cabo una misión de búsqueda y rescate para 17 miembros desaparecidos de la tripulación de 19 marineros, después de que dos fueran rescatados por otro barco pesquero.
El pesquero se hundió frente al archipiélago de Novaya Zemlya en el extremo norte de Rusia a las 7 am, hora local, después de que, según informes, se “cubriera de hielo”. El contramaestre Vladislav Butorin, de 40 años, y el miembro de la tripulación Ruslan Katyukhin, de 30, fueron sacados del agua, que tenía una temperatura del aire de menos 30 ° C (-22 ° C) y olas de 13 pies.
La pareja fue vista y rescatada en el mar de Barents, cerca del archipiélago de Novaya Zemlya, por otro barco pesquero, el Voykovo. Llevaban trajes de neopreno, al igual que otros miembros de la tripulación, pero se cree que son los únicos supervivientes de la tripulación de 19 miembros, aunque continúa una misión de búsqueda y rescate.
El presidente ruso Vladimir Putin dejó en claro que ahora hay pocas esperanzas de que se encuentre al resto de la tripulación: “me enteré con pesar de la tragedia en el mar de Barents, que se cobró la vida de la tripulación del pesquero Onega”, dijo en un mensaje sombrío.
“Les pido que transmitan mi más sentido pésame a las familias de las víctimas y palabras de apoyo a los sobrevivientes”, expresó el mandatario.
Por su parte, el primer ministro Mikhail Mishustin dijo en una reunión del gobierno: “hoy se produjo una tragedia en el mar de Barents…la gente murió”. Los dos supervivientes se aferraban al cuerpo de un miembro de la tripulación, pero perdieron su cadáver cuando los subieron al Voykovo.
Por otra parte, Irina Butorina, de 34 años, esposa de Vladislav Butorin, confirmó que había recibido una llamada telefónica vía satélite fugaz de su esposo: “Solo dijo dos palabras; que él mismo y alguien más, no sé quién, están vivos, que fueron rescatados y que se siente más o menos bien”.
