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Observan que el transporte público no favorece el contagio de Covid-19, si se toman las medidas de preveción

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Si bien en Nueva York, los usuarios siguen prefiriendo no utilizar el transporte público por c”onsiderar probable un contagio”, estudio realizados en otras ciudades del mundo parecen sugerir que se puede viajar de manera segura si se cumple con los protocolos correspondientes.

Subtes, trenes y colectivos no serían una fuente significativa de contagio del virus, siempre y cuando los pasajeros lleven tapabocas y se evite el hacinamiento de las horas pico, según un sondeo efectuado por el diario The New York Times.

Pese a esto, en Nueva York la cantidad de pasajeros es apenas el 20 por ciento de la que había en la prepandemia, lo que complica la situación económica de la operadora de transportes de Nueva York, cuyo presupuesto depende en un 40 por ciento de la venta de pasajes. A comienzos de la cuarentena, en marzo, más del 90 por ciento de los 5,5 millones de pasajeros que utilizan el transporte público los días hábiles abandonaron el sistema y hasta hoy los niveles de uso se mantienen bajos, pese a que la ciudad logró contener mayormente el virus y reabrió varias de sus actividades económicas,

“Lo que está sucediendo en otras ciudades permite ser optimista”, sostuvo Toph Allen, epidemiólogo y coautor, junto con el grupo de defensa del transporte público Campaña de Transporte Triestatal, de un informe sobre la transmisión de coronavirus en el transporte público. “Si el sistema de transporte funciona en una zona donde no hay grandes brotes, se puede deducir que el transporte puede ser seguro”, agregó ante la consulta del New York Times.

En París, las autoridades de salud pública que realizan el rastreo de contactos de los infectados descubrieron que ninguna de las 386 cadenas de contagios identificadas entre principios de mayo y mediados de julio tenía conexión con el uso de transporte público en la ciudad. Mientras tanto, en Austria el estudio de las cadenas de contagios en abril y mayo no vinculó ninguno de los casos con el transporte público, y en Tokio, donde las autoridades de salud pública vienen rastreando intensivamente los contagios, tampoco se han vinculado cadenas de infectados con el abarrotado sistema de subtes y trenes urbanos.

Sin embargo, los expertos en rastreo de casos advierten que conectar una cadena de contagios con el uso del transporte público es muy difícil, ya que los pasajeros no suelen recordar exactamente en qué vagón o unidad específica viajaron, y aunque lo hagan, contactar a quienes compartieron ese espacio en ese mismo momento es virtualmente imposible. Asimismo, la calidad de los sistemas de ventilación de los vagones varía mucho de ciudad en ciudad, y el nivel de riesgo depende en gran medida de la reducción general de la tasa de contagios en toda la ciudad.

“Hay muchísimos otros factores que entran a jugar en los niveles de riesgo y el modo de cuantificarlos”, dice Michael Reid, profesor adjunto de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en Los Ángeles, y experto en rastreo de contagios. “No son situaciones comparables.”, aseguró al New York Times

De hecho, los funcionarios del estado y la ciudad no han logrado determinar si la afluencia del transporte público tuvo algo que ver con el brote que devastó a Nueva York en marzo y abril, con un saldo de más de 20.000 fallecidos de Covid-19.

Hasta hoy dieron positivo 4.000 trabajadores del transporte de Nueva York y 131 fallecieron a causa del virus, de los cuales casi el 90% de ellos trabajaba en la dependencia que maneja los subtes y colectivos de la ciudad. En el inicio del brote, a los pasajeros no se les exigió el uso de barbijo y el índice de contagios en la ciudad era mucho más elevado que el actual. Por lo tanto, en ese momento seguramente el transporte público era un espacio mucho más riesgoso.

Ahora, las autoridades de Nueva York están tratando lograr que vuelva la mayor cantidad de pasajeros, pero evitando al mismo tiempo el hacinamiento en horas pico. Por ese motivo están coordinando con empresarios para que los empleados arranquen sus tareas en horarios escalonados, aunque el alivio para la red de transporte que implica el teletrabajo probablemente se prolongue durante meses, o incluso más.

Mientras tanto, la Autoridad Metropolitana del Transporte de Pasajeros de Nueva York, a cargo de los subtes y colectivos de la ciudad, ha invertido cientos de millones de dólares en la desinfección diaria de los vagones y unidades, ha distribuido más de un millón de máscaras entre los conductores y choferes, y ha lanzado campañas de concientización sobre la importancia de mantener el distanciamiento físico en los medios de transporte.