Tres muertos y más de 600 detenidos dejaron por ahora las protestas denominadas “Gasolinazo” iniciadas hace cinco días en México por el alza del precio de los combustibles, en las que el descontento ha dado paso a saqueos y a una psicosis general por temor a actos vandálicos y toques de queda, amplificada por las redes sociales.
Un hombre intenta frenar los destrozos en el Palacio de Gobierno en la Ciudad de Monterrey, por los disturbios por el alza del combustible. Foto: Télam
Aunque el panorama actual parece menos grave que el que parecía avecinarse el miércoles por la noche, cuando se produjeron los principales saqueos masivos, sobre todo en el Valle de México, donde está la capital, y en el puerto de Veracruz, permanece la alerta de las autoridades y los ciudadanos.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México, vecino de la capital, informó que "se tienen registrados 430 detenidos en flagrancia por su presunta participación en actos vandálicos".
Entre los detenidos por esas acciones, sucedidas desde el miércoles por la tarde hasta la pasada madrugada, se encuentran 306 adultos y 124 menores de edad.
Por su parte, la secretaria de Gobierno de la Ciudad de México, Patricia Mercado, dijo que los actos vandálicos y saqueos en la capital se han saldado de momento con 76 personas detenidas, siete de ellas menores.
En los sucesos del miércoles murió un policía y otros cinco resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, según la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México.
La Cámara de Comercio Servicios y Turismo de la Ciudad de México explicó que 20.000 comercios de la capital cerraron y estimó en 52 millones de pesos (2,4 millones de dólares) las pérdidas económicas por ventas no realizadas, en una época especialmente rentable por la cercanía del Día de Reyes.
Pese a ello y ante la aparente mejora de la situación, el Grupo Gasolinero G500 abrió ayer la totalidad de sus 1.800 estaciones de servicio tras cerrar el martes al menos un centenar.
En coincidencia con el inicio de la fase más crítica hasta ahora de las protestas, el presidente Enrique Peña Nieto anunció que aplicaría mano dura para evitar "abusos" y "tropelías", aunque la ausencia de las fuerzas del orden o su inacción explica para muchos que haya habido tantos saqueos.
Por la noche del miércoles, en un mensaje de año nuevo, Peña Nieto aseguró que entiende el enojo por el alza de las gasolinas en México, que atribuyó en que "en el último año, en todo el mundo, el precio del petróleo aumentó cerca del 60%".
La cúpula empresarial le exigió ayer a Peña Nieto protección en los comercios y alertó que la grave crisis social no es solo producto del aumento de los combustibles, sino también de la falta de un Estado de Derecho y del incremento notorio de hechos de corrupción e inseguridad.