La fábrica, ubicada en el puerto de San Antonio, distante 109 kilómetros al oeste de Santiago en Chile, le permitirá a Maersk duplicar en tres años su producción mundial de contenedores refrigerados porque tendrá una capacidad igual a la que tiene su filial en China.
La empresa explicó que en Chile y Sudamérica existe una alta demanda de contenedores refrigerados, razón por la cual decidieron construir la planta, la primera de Latinoamérica, que dará trabajo a 1800 personas. Los pescados y las frutas representan 25% de las exportaciones chilenas distintas al cobre, razón por la cual se requieren de contenedores refrigerados para su traslado a los mercados de destino.