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Los combustibles podrían aumentar un 40%

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Previo a la reunión que tendrán hoy los productores de petróleo y refinadoras con el ministro de Energía, Juan José Aranguren, trascendió un plan gubernamental para retener el crudo en el mercado doméstico. El  mismo estaría acompañado por una escalonada de precios del combustible desde el próximo julio hasta octubre de 2019, a modo compensatorio. El efecto afectaría fuertemente al transporte, en el marco de una tensa negociación paritaria entre las empresas y el sindicato de Camioneros.

Desde Energía propusieron la creación de un fondo compensador para fijar un precio de venta del petróleo en el mercado interno más bajo que el internacional (que pegó un salto exponencial en poco tiempo), para evitar que las productoras lo exporten y peligre el abastecimiento en el país. Por otro lado, la idea sería establecer un incremento del tres por ciento mensual desde el 1º de julio de este año hasta octubre del próximo. La suba tendría un acumulado del 40 por ciento, según la información que publicó el portal Econojournal.

Hoy a las 14, Aranguren se reunirá con los máximos ejecutivos de la industria petrolera para delinear un acuerdo para el segundo semestre del año y tratar de cumplir con el libre mercado que defiende el Gobierno respecto del mercado de combustibles. Según la web especializada en el tema, la propuesta oficial para hacer frente a la crisis generada por la suba abrupta del crudo a nivel internacional, y la fuerte devaluación del peso, es el incremento en surtidores y la fijación de un precio del crudo menor al extranjero.

Nueva suba del combustible en junio

Los lineamientos generales trascendieron ayer y el fondo compensador pensado por Aranguren funcionaría de este modo: Cuando el precio mundial del petróleo aumente, como muestra la tendencia actual, se implementará un precio de venta en el mercado interno siempre menor al internacional. En cambio, si decae la cotización del barril, localmente se podrá vender a un precio mayor para compensar la renta que se dejó de percibir con la medida opuesta, según indicó Econojournal. Actualmente, con un barril que llega casi a 80 dólares internacionalmente, el precio en el mercado doméstico sería de 69,75 para el crudo. Las productoras – como YPF, Pan American Energy (PAE), Pluspetrol, Sinopec, Chevron, Tecpetrol y Vista Oil&Gas- cobrarán un 12 por ciento menos que si pudiesen exportar.

La iniciativa estaría acompañada por un gradual y sostenido incremento en el precio de combustibles en surtidores, del tres por ciento, desde julio hasta octubre del próximo año, según indicaron cuatro fuentes del sector privado al portal energético. Es decir que en 18 meses, el aumento acumulado de nafta y gasoil sería del 40 por ciento. “Se estima que en noviembre las refinadoras recuperarán los márgenes que dejaron de percibir por el congelamiento del precio en surtidores firmado en mayo. Las empresas no pudieron trasladar a las pizarras del surtidor el incremento de sus costos originado en el aumento del crudo, que es su materia prima. Con una suba del 3% mensual a partir de julio, en noviembre recuperarían lo que perdieron desde abril”, explicó el gerente general de una productora a Econojournal.

Con respecto a la propuesta, fuentes de otra petrolera indicaron al portal que “es un pseudo libre mercado porque, en definitiva, el precio del petróleo, que como principal commodity del planeta debería ser el mismo en todos lados, tendrá un tope pero luego nos reconocerán esa diferencia”. “Había otras alternativas peores como la fijación de un esquema de barril criollo como el que instrumentó la gestión anterior o la vuelta de las retenciones a la exportación”, admitió.

Para que el acuerdo se mantenga es necesaria cierta estabilidad en el tipo cambiario y en el precio del barril mundialmente. Por ello, la propuesta contempla una proyección de la evolución del dólar futuro (toma los parámetros del ROFEX) y del Brent, la cotización del crudo (que se extrae en el Mar del Norte). Un ejecutivo indicó que “si el Brent se desploma o si el dólar sube por encima de lo previsto, el esquema perderá practicidad”, publicó el diario.

La propuesta fue aceptada por las empresas con razonabilidad. Los privados saben que la coyuntura es tan compleja que no deja mucho margen de acción. Pese a eso, exigen que el Estado funcione como garante del esquema. Es decir, pretenden que si el fondo compensador entre refinadores, productores y consumidores no alcanza para cubrir las acreencias de las petroleras, el Tesoro subvencione el dinero faltante. “Tiene que quedar por escrito que si para octubre de 2019 no recuperamos lo que estamos dejando sobre la mesa, el gobierno debería cubrir esa diferencia con subsidios o un título del tesoro”, advirtió el gerente comercial de una refinadora.