Ayer, el ministro Carlos Tomada se reunió con representantes de la compañía luego del encuentro que se realizó el domingo donde los delegados de los choferes le ratificaron su “confianza” al funcionario para tratar de agilizar un acuerdo, informó BAE.
No obstante los delegados ratificaron su decisión para retomar las medidas de fuerza cuando finalice la conciliación obligatoria "si no hay un acuerdo básico para continuar las negociaciones", le dijo el delegado Esteban Simonetta.
Los choferes reclaman la reincorporación de cuatro despedidos y rechazan la flexibilización laboral de 120 trabajadores. "La aspiración mínima es que la empresa no decida enviar a la reunión en Trabajo a un representante sin peso o poder de decisión", indicó Simonetta ratificando que el "gesto mínimo" que esperan de MONSA-DOTA es la reincorporación de los despedidos y que se revea la situación de los 120 suspendidos.
"Esa medida se tomó en represalia por nuestra decisión de no cortar boletos pero seguir prestando el servicio en la escalada de este conflicto". Los delegados también desconfían de la postura que pueda asumir la UTA en las negociaciones, ya que según explicó el delegado "aquí se pueden sentar las bases para seguir avanzando en un acuerdo y eso incluye la alternativa de tratar el tema de las ART y las enfermedades que deterioran la salud de nuestros compañeros", informó el matutino.
Hasta ahora las medidas de fuerza que podrían volver a decidir los delegados de la línea incluyeron cortes en la colectora de la autopista Panamericana a la altura de Ingeniero Maschwitz, decisión que afectó a unos 250 mil pasajeros que utilizan las unidades en forma diaria.
La Línea 60 tiene 19 ramales que conectan el barrio porteño de Constitución con los partidos de Escobar y Tigre. Los delegados aseguran que DOTA maneja en la actualidad no sólo un importante segmento de las líneas de colectivos sino también la fabricación de carrocerías para diversas compañías de todo el país.
