16 C
Buenos Aires

La historia detrás de la icónica foto del Papa Francisco en el subte porteño

MÁS NOTICIAS

A sus 88 años, hoy falleció el Papa Francisco. En Notitrans recordamos a Su Santidad a través de una de sus fotos más virales, viajando en el Subte A: fue tomada en 2008 por el fotógrafo Pablo Leguizamón, quien contó el detrás de escena en una entrevista con el Diario Río Negro.

La fotografía muestra a Jorge Bergoglio, por entonces arzobispo de Buenos Aires, sentado en un vagón del subte. Lleva un tapado abierto, la mano sobre el pecho y la mirada elevada. Para muchos, una postal de su austeridad y cercanía con la gente. Para su autor, una imagen con “una leve sonrisa para arriba” y múltiples interpretaciones, según le dijo a Martina Sehmsdorf, la autora de la nota.

Leguizamón tenía 28 años cuando la tomó. Vivía en Buenos Aires, trabajaba como fotógrafo freelance y estudiaba en la Asociación de Reporteros Gráficos. Aquella tarde de junio de 2008, se acercó a Plaza Miserere, donde Bergoglio encabezaba la celebración del Corpus Christi. “En ese momento, su discurso, su presencia, tenía un contenido político fuerte”, recordó.

La ceremonia fue cubierta por todos los medios, y las fotos de ese acto “las tiene todo el mundo”, explicó. Pero algo diferente ocurrió después. El fotógrafo lo siguió por intuición, esperando que el arzobispo subiera a un auto oficial. Sin embargo, “se metió en la boca del subte y eso me llamó la atención”, contó.

Corrió para no perderlo, saltó los molinetes y, entre mochilas y tropiezos, logró subirse al mismo vagón. “Lo corrí por una cuestión instintiva. Había algo que me llamaba a hacer las imágenes, porque no era común ver un tipo de esas características metido dentro de un subte”.

La línea A, con sus clásicos vagones de madera, le dio un marco atemporal a la escena. “Tenía esa característica que de repente entre estaciones se cortaba la luz y después volvía. Una cosa media entre terrorífica y viaje en el tiempo”, describió. Con poca luz y un equipo limitado, tomó varias fotos. Muchas salieron mal, pero una quedó.

El ángulo que eligió le da a la imagen un aire épico. “Es un ángulo de la fotografía que logra que la imagen de una persona tenga un carácter así, épico. Medio napoleónico”, dijo. Pese a que esperaba alguna intervención, nadie reaccionó. “Era cero rockstar”, resumió.

En su momento, ofreció la imagen a los medios, pero le respondieron que “importaba más la imagen en la plaza”. La guardó, hasta que en 2013 Bergoglio fue elegido Papa. Un amigo le sugirió que la moviera. Estaba en una mala situación económica, desilusionado con la profesión. Pero lo intentó.

La foto se publicó en medios internacionales como The New York Times, El País, La Nación y en un especial de National Geographic, donde fue la única imagen latinoamericana. “La terminé vendiendo a una agencia internacional de las más conocidas”, contó.

Hoy, con la muerte de Francisco, la imagen vuelve a circular. Para Leguizamón, su valor no está solo en quién aparece, sino en lo que demuestra: que “no fue construida”. “Estas fotos sirven como documento. Si en el futuro se cuestiona que él no era tan así, que no viajaba en subte y más… entonces la foto funciona para demostrar que sí, que se dio la situación”.

“Tenemos que seguir apuntando a este tipo de contenidos que tengan una historia detrás y que sirvan para sostenerse en el tiempo”, reflexionó.

- Advertisement -spot_img