La adquisición de esta compañía británica deficitaria, segundo mayor operador en Heathrow sólo por detrás de British Airways, permitirá a IAG fortalecer su posición en el casi saturado primer aeropuerto de Europa.
“A través de esta adquisición, la cartera de slots [derechos de despegue y aterrizaje] de IAG en Heathrow se incrementará en hasta 56 pares adicionales de slots diarios”, precisó el comunicado. IAG pasará de este modo a tener un 53% de todos los derechos de despegue y de aterrizaje del gran aeropuerto londinense.
La operación permitirá también a IAG aumentar en más de 100 millones de euros su beneficio operativo previsto de 1.500 millones de euros en el 2015, precisó el holding en su comunicado. Con ese fin, “existe la necesidad urgente de reestructurar” BMI, lo cual requerirá “reducir algunos puestos de trabajo”, advirtió sin embargo el consejero delegado de IAG, Willie Walsh, citado en el comunicado.
Lufthansa
Adquirió en el 2009 esta pequeña aerolínea británica que emplea unas 3.600 personas. Aunque comenzó a sanear sus finanzas, la situación financiera de BMI empeoró este año debido al impacto negativo de las crisis y conflictos en Oriente Medio y el norte de África, regiones en las que está muy presente.
Había firmado un “acuerdo de principio” con IAG el 4 de noviembre, antes de ponerse de acuerdo sobre un precio, y otro posteriormente con la compañía Virgin Atlantic, que también presentó una oferta por BMI. Su dueño, Richard Branson, denunció en un comunicado la posición dominante de British Airways en Heathrow y anunció que su compañía “luchará contra este monopolio a cada paso del camino”.
IAG, segunda mayor aerolínea europea por capitalización bursátil y tercera por volumen de ingresos, ha defendido desde el principio que la adquisición no la hará más dominante en el Aeropuerto de Londres que sus rivales Lufthansa en el Aeropuerto de Fráncfort (66%) o Air France-KLM en el de París-Charles de Gaulle (59 por ciento).