Según informaron medios españoles citando fuentes judiciales, el concurso voluntario de acreedores se presentó en Barcelona, base de la compañía aérea, con unas deudas que superan los 300 millones de euros. "Tenemos que ser muy diligentes y hacerlo todo muy rápido", dijo poco antes de la presentación del concurso el presidente de Spanair, Ferrán Soriano, en declaraciones radiales.
Spanair es miembro de la alianza Star Alliance, cuenta con una flota de 29 aviones y operaba unos 200 vuelos diarios. Su plantilla asciende a unos 2.000 empleados e indirectamente da trabajo a otros dos millares de personas, todos ellos ahora ante el escenario del desempleo que en España afecta a 5,27 millones de trabajadores, 22,85 por ciento de la población activa.
La administración pública catalana, principal accionista de Spanair, es también el principal acreedor, y le sigue la aerolínea sueca SAS, a la que la compañía española debe 165 millones de euros. SAS fue su primer accionista hasta el año 2009, y ahora es propietaria del 10,9 por ciento de Spanair. Entre los acreedores hay también varias entidades financieras con las que la compañía aérea contrajo un crédito, y además tiene que hacer frente al pago de las salarios de sus empleados.
