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La escasez de contenedores retrasa los envíos y complica al comercio mundial

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A raíz del aumento de pedidos y el colapso de los puertos, junto con el paraje en la fabricación de contenedores y el hecho de que muchos de ellos hayan quedado varados en Europa, el comercio mundial enfrenta una situación inusual ante la escasez de contenedores. De momento, las exportaciones chinas se ven dañadas, lo que afectaría la cadena de suministro mundial.

Así, China se encuentra sufriendo las consecuencias de la pandemia ante las complicaciones en los puertos, que impide que los envíos lleguen a tiempo, disparando los precios a niveles sin precedentes: de unos 2.000 dólares por un contenedor de cuarenta pies hace un par de meses, hasta los 12.000 que según fuentes del sector han llegado a cobrarse a remesas rumbo a Inglaterra.

“Al volver a abrirse los mercados en el cuarto trimestre de 2020 se produjo un aumento —por encima de lo esperado— de la reposición de existencias, sobre todo en EE UU y en Europa, que nos ha llevado hasta la situación actual de congestión en los puertos”, sostuvo Concepción Boo, responsable de prensa de la empresa danesa de logística Maersk, que cuenta con una de las flotas más grandes del mundo.

La Maersk reclama envíos atrasados a causa de la falta de contenedores

Por su parte, Rafael Cascales, presidente ejecutivo de la Asociación Española de Profesionales de Comercio Exterior (Acocex), importador con experiencia en el mercado asiático a través de su empresa, Casico, culpa a las navieras de “no haber repuesto las frecuencias ni el número de contenedores previo a la pandemia intencionadamente” y cuestionó “las exportaciones han seguido activas desde la recuperación en verano. Y podrían haber aprovechado para enviar contenedores vacíos como siempre se ha hecho, quizás se trate de un intento de recuperar lo perdido en el primer semestre”.

Sin embargo, las navieras insisten en achacar los problemas a factores exógenos “las medidas para contener la pandemia afectaron a las cadenas de suministros mundiales al reducir el número de barcos y contenedores disponibles. Y se vio mermada la productividad en los puertos de todo el mundo, en los almacenes y en los puertos secos”, manifestaron desde Maersk.

Cabe señalar que que tanto el personal de los puertos como el transporte por camión y otras vías se ha resentido por las bajas causadas por la covid, las cuarentenas y los trabajos de desinfección, lo que ha contribuido a aumentar las esperas para descargar mercancías. Por ejemplo, hay colas de hasta diez días en puertos como el de Los Ángeles en EE UU, en cuya entrada se han formado colas de 40 buques con decenas de miles de contenedores a bordo.

Como consecuencia de las demoras, muchas navieras decidieron elevar los precios por ese tiempo extra de trabajo. “Ahora todo el mundo quiere contenedores. Los clientes piden y piden. Todo el sistema tiene mucha presión en estos momentos, pero necesitamos mucho más tiempo que antes para regresar a China con los contenedores vacíos”, sostuvieron desde Hapag-Lloyd.

Pánico en el mercado

La escasez de contenedores ya ha generado pánico en el mercado: hay exportadores que prefieren realizar dos reservas para un mismo envío ante el miedo a quedarse sin espacio, incrementando artificialmente la demanda y empeorando aún más una saturación ya de por sí excepcional.

Hapag-Lloyd es otra de las empresas damnificadas por la problemática que ya alcanzó escala mundial

Por otro lado, la cercanía de las celebraciones del año nuevo chino ha acelerado la búsqueda de huecos para evitar quedarse tirados por vacaciones. Y las compras por la llegada de las Navidades han hinchado los pedidos. Así, las exportaciones chinas crecieron en diciembre un apabullante 18,1 por ciento, con un superávit comercial de 535.000 millones dólares (443.000 millones de euros), el mayor en un lustro. El gigante asiático cerraba así el año con un crecimiento del PIB del 2,3 por ciento a pesar de la pandemia, la única economía desarrollada en verde.

Desde Maersk aseguran estar moviendo cielo y tierra para mejorar los tiempos de entrega: reposicionan barcos, cambian de puerto para evitar atascos y tienen operativos todos sus buques y contenedores.

Reclamos internacionales

Ante la demora en los envíos, ya través de una carta enviada a la Comisión Europea, las asociaciones CLECAT y ESC, que representan a transitarios, operadores de logística, aduanas y cargadores, colocan sobre las navieras toda la responsabilidad, recriminándoles que “ponen en riesgo la recuperación económica incumpliendo contratos, cancelando salidas arbitrariamente e imponiendo condiciones irracionales y tasas superiores a las acordadas”.

Además, las culpan directamente de “dañar a muchos pequeños negocios europeos y también a otras grandes compañías de cosmética, automoción, o tecnologías de la información”, altamente dependientes de bienes producidos en China. Otras firmas han aumentado el precio a los importadores o han visto evaporarse por completo sus márgenes.

Se espera que la situación mejore una vez que la producción vuelva a niveles normales y la distribución de las vacunas se generalice devolviendo la calma a los mercados”, auguran desde Maersk. Su rival alemana, Hapag-Lloyd, es más gráfico; cree que las tarjetas de crédito no aguantarán este ritmo. “Nadie piensa que esto pueda continuar. La gente solo puede comprar un sofá”, concluyeron.

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