Hungría selló a finales de 2015 sus fronteras sur con vallas y alambrados, mientras que el Parlamento, dominado por el partido conservador Fidsz, aprobó severas leyes contra los refugiados que entran ilegalmente en el país, con penas de hasta 5 años de cárcel.
"La presión migratoria perdurará en las fronteras del sur", dijo ante la prensa el vocero del gobierno, Zoltán Kovács, al justificar la decisión, y agregó que los detalles de este refuerzo se harán públicos en las próximas semanas. De momento, indicó que 3.000 nuevos agentes se sumarán a los 6.000 ya desplegados en los límites con Serbia y Croacia, que están también respaldados por 4.000 soldados. Por otra parte, Kovács adelantó que el próximo sábado comenzará oficialmente la campaña del referéndum de octubre sobre la reubicación de los refugiados entre los países miembro de la Unión Europa (UE), reportó la agencia de noticias EFE.
La consulta ha sido convocada por el gobierno, que se opone al sistema de reparto solidario de refugiados aprobado por el bloque comunitario.
