“Somos como un circo itinerante”, explica Alejandro Agag, el cerebro detrás de la Formula E, y DHL es el socio elegido empresa de logística encargada para transportar el espectáculo alrededor del mundo. Esta incipiente categoría del automovilismo internacional llegó a Buenos Aires por segundo año consecutivo con la clara intención de que la sede “siga para siempre”, como espera Agag, pero también con el firme propósito de sumar adeptos e inculcar el uso de motores eléctricos, con energías sustentables, que permitan reducir el impacto en el medio ambiente.
Al igual que en 2015, la ciudad fue escenario del Campeonato Mundial de Fórmula E, categoría automovilística exclusiva de vehículos monoplazas a propulsión eléctrica. Este nuevo tipo de competición fue diseñada por la FIA para promover el interés del público masivo en los vehículos eléctricos, con el fin de impulsar la sustentabilidad y el respeto por el medioambiente. Durante el campeonato, los automóviles pertenecientes a diez equipos corren once carreras en diez ciudades del mundo, entre las que se encuentran Londres, Moscú y París. Esta segunda temporada se puso en marcha el 24 de octubre pasado en Beijing y finalizará el 3 de julio en Londres.
“El cuidado del medioambiente es fundamental en nuestra categoría y, por lo tanto, lo es también en la operación de transporte y logística que mueve a la fórmula E ya que si no, sería una contradicción de nuestro espíritu”, reconoce Agag, para quien “el programa especial desarrollado por DHL para reducir la polución permitió el surgimiento de varias medidas para minimizar la huella de carbono”.
Verdadera logística verde
Desde el mismo nacimiento de la categoría, DHL estuvo involucrada en la planificación del campeonato, colaborando incluso en la selección de un programa óptimo de carreras que asegure el mínimo movimiento de los autos y de los equipos. Con un costo de operación que oscila entre los 6 y 11 millones de dólares por temporada, durante 11 carreras en 10 países, la compañía transporta autos de carrera, autos médicos o de rescate, piezas de repuestos y equipos; es decir, cerca de 450 toneladas (800 kg por auto de competición y 320 kg por batería) son enviadas a cada carrera, lo que equivale a 25 contenedores y 2 cargueros Boeing 747.
DHL es la encargada de administrar la logística del campeonato de manera eficiente y ecológica, a la vez que debe minimizar la huella de carbono de la logística del evento; y para ello se utilizan todos los modos de transporte, con preponderancia del océano y el ferrocarril, en los tramos donde el horario y las rutas lo permiten. “Trabajamos para que las carreras consecutivas tuvieran lugar dentro de la misma región y permitan utilizar modos de transporte más amigables con el medioambiente. Cuando es factible, el transporte aéreo se reemplaza por el marítimo, ferroviario o terrestre, se utilizan montacargas eléctricos como procedimiento estándar y los contenedores están diseñados específicamente para optimizar el factor de carga de cualquier método de transporte”, explica Pierluigi Ferrari, de DHL Automotive Group y responsable de toda la operación de transporte detrás de la Fórmula E.
“Como principio general, los autos no regresan a las sedes de los equipos entre las carreras, lo que también reduce el total de distancia recorrida”, comenta el experimentado hombre de DHL y remarca que “la selección del modo de transporte fue clave para obtener excelentes resultados: más del 50% de los traslados se realizaron por vía marítima, un modo que genera menor nivel de emisiones, en tanto que la eficacia en relación al embalaje de los autos y los equipos, permite alcanzar una densidad de carga hasta 5 veces mayor, lo que se traduce en una menor emisión de carbono”.
El desafío del embalaje
La batería de litio representa uno de los mayores retos en la logística de la formula E, ya que se clasifica como mercancía peligrosa y requiere una considerable planificación y atención en cuanto al embalaje, su manejo y certificación. Las 41 baterías que se transportan en los autos, mientras que las baterías adicionales se mueven en cajas de aluminio y madera especialmente diseñadas, que cumplen con las normativas de Naciones Unidas. “El transporte de las baterías es una de las particularidades más importantes de esta operación”, reconoce Ferrari. “Debemos prestarle mucha atención por las reglamentaciones de IATA y sus restricciones aplicadas al transporte de estos productos. No todas las aerolíneas aceptan transportarlas ya que pesan 350 kg y tienen una un tamaño y potencia especiales. Por eso debemos garantizarle a las aerolíneas el packaging y las condiciones adecuadas. Lo más complicado sin dudas, es enviar la batería sin el automóvil, porque necesitamos la confirmación de cada país sobre el cual sobrevolamos”.
Pierluigi Ferrari.
Por otra parte, todo se embala también en cajas especiales: desde los 41 vehículos de competición, hasta el safety car y las herramientas. “Diseñamos las cajas con una empresa especializada para que sean multimodal, que se puedan transportar por los diversos modos, reduciendo al máximo el espacio volumétrico, manteniendo el auto seguro y permitiendo al equipo usar bien todo el espacio”, señala Ferrari.
Embalajes especiales, planificación de calendario según las rutas de transporte, ahorro de combustible y seguridad son, en definitiva, los componentes destacados de la operación eficiente para un evento innovador que ahora,además, requiere de la logística que también sea sustentable.