Ganar en la F1 no es fácil y tampoco para Red Bull. La escudería que ha dominado la Fórmula 1 en los dos últimos años, sobre todo el último, ha visto como la eliminación del soplado sobre el difusor le ha supuesto un lastre difícil de superar, incluso para el gurú de Adrian Newey.
Si en Australia, en la primera carrera de F1 del año, Vettel pescó un segundo puesto entre los dos McLaren, en Malasia el panorama fue mucho peor. Webber repitió el cuarto de Melbourne y el actual campeón del mundo de F1 acabó fuera de los puntos. Mientras que en 2011 Sebastian Vettel era el claro dominador en las dos primeras carreras (ganó en Australia y Malasia), esta vez no puede sonreír de la misma manera:
"Tuvimos una buena carrera en Australia, mientras que Malasia fue algo caótica. Es una pena que no puntuara allí". Sin embargo, Vettel sabe que esto sólo acaba de comenzar, y hay tiempo para regresar a lo más alto: "Quedan muchas carreras y debería estar en buena forma", añade el bicampeón a AFP.
Aunque Fernando Alonso es de momento el piloto más regular del Mundial, lo que le valió el liderazgo provisional del campeonato tras la sorprendente carrera de Malasia, son los McLaren los coches que todos observan con más detenimiento, pues marcan el ritmo en la pista.
Vettel quiere que su RB8 evolucione, y se prepara a conciencia para las próximas citas; el equipo está preparando el monoplaza para ponerlo a la altura, y Sebastian asegura que van por el buen camino: "He pasado un par de horas en nuestro simulador para prepararme para China y Bahréin; ahora tenemos que demostrarlo en los propios circuitos".
