La industria naviera encontrará la paz en 2012, pero deberá para ello atravesar un 2011 turbulento, según señaló el director de Transporte de la Unidad de Servicios de Infraestructura (UIS) de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), Ricardo Sánchez al diario La Nación.
Asimismo, el especialista advirtió, no obstante, que los puertos de la región deben esforzarse por seguirle el ritmo a la industria marítima.
"El mundo de los 10 metros es antiguo", dijo en diálogo con el matutinos que el reconocido especialista en materia portuaria y de la industria marítima, respecto del calado que algunos puertos mantienen, tras agregar que el ritmo de crecimiento de los barcos es alto, y mostrarse preocupado por la capacidad que pueda tener el puerto de Buenos Aires para absorber ese crecimiento de número y tamaño de las embarcaciones.
Buenos Aires quedó en el quinto lugar de la región en cuanto al movimiento de contenedores en el ranking que elabora la UIS.
-¿Qué conclusiones se desprenden del ranking de puertos en América latina?
-Se ratifica el hecho de que con economías que crecen al 7%, la actividad portuaria tiene un nivel de incremento que duplica y hasta triplica la de la actividad económica, y eso significa una duplicación de la capacidad requerida en los puertos cada 5 años. Con la crisis, la actividad decayó; hubo paradójicamente cierto respiro, pero ya 2010 se ve un crecimiento importante, y vuelve nuestra preocupación: ¿qué hacen los puertos para prepararse para este reto?
Buenos Aires estaba en el primer lugar en el movimiento portuario en 1998 en América latina, y cayó desde entonces. Si se piensa en duplicación de actividad para Buenos Aires en los próximos años, vemos con mucha preocupación cómo se va a hacer para absorber ese crecimiento. El ritmo de crecimiento del tamaño de los barcos es alto, sobre todo en la costa este, y esto agrega una presión adicional porque exige más patios, más grúas.
-¿Hay alguna forma de valorar la obsolescencia de las terminales, grúas y muelles a partir de esta progresión de buques?
-No podemos dar un número, sino verlo conceptualmente. Claramente, un puerto a 10 metros es absolutamente insuficiente para lo que esta progresión esta marcando. Santos se está preparando para 16 metros, y para 17 para el fin de la década. Ahí hay un planeamiento del avance. Pero el nivel de eficiencia técnica de las terminales es un excelente, la productividad es bastante interesante. El problema es estructural.
-¿Todos los puertos deben ir hacia los 18 metros, digamos, o conviene aceptar la idea de que uno será hub y el resto, puertos feeders?
-Respecto de Buenos Aires sé que hay planes, pero no conozco su estado. Me parece que no hay un plan para la escala que se viene. A mi juicio personal, el tiempo esta ahí delante de nosotros. Si esto siguiera así, creo que la hipótesis del puerto feeder se va a ir consolidando.
-¿Es un inconveniente o se puede convivir con eso?
-Se puede, pero será más caro que tener servicios directos. El Río de la Plata y el sur de Brasil tienen capacidad para sostener servicios directos porque tienen mercados importantes. Pero si las compañías ponen buques más grandes hay que recibirlos. Y si no pueden llegar acá van a ir a otro lado y acá llegarán los feeders. No digo que esto vaya a pasar, sino que si el Río de la Plata no se prepara para esa eventualidad, finalmente va a pasar.
-¿Cuáles son las señales claves para seguir este año en el mercado marítimo internacional?
-A finales del año próximo podríamos decir que el mercado marítimo debería haber vuelto a encontrar un equilibrio. Hoy todavía esta sobreofertado. Sin embargo, hay señales interesantes, como la ampliación de la flota mundial que se está ordenando en este momento de bajas tarifas, y la vuelta temporaria a números rojos de algunas compañías. Es una señal de confianza de las grandes compañías que compran buques y anunciaron órdenes de buques por 18.000 TEU.
Confirman, además, lo que calculó la Cepal en su momento de que 2012 es el horizonte estructural de recuperación, para lo cual los puertos se deben preparar y vemos con preocupación que en algunos países de América latina esto no se está haciendo. El mundo de los 10 metros (de profundidad) es antiguo, es de hace 15 años. Hoy es insuficiente.
El tiempo de actualizarse se está agotando, y los que hoy son líderes en la región están yendo hacia donde el mundo va.