Miles de conductores españoles realizaron una protesta contra el precio de los peajes, que consistía en pasar por ellos y no pagar ya que consideran que las autopistas por las que circulan ya están amortizadas.
Si bien los catalanes fueron los que mas éxito tuvieron en llevar adelante la protesta, también se produjeron retenciones en el Valencia y Madrid. Los principales puestos de peaje que tuvieron una mayor cantidad de demoras en las autopistas fueron Vilassar de Mar (donde la la congestión de vehículos llegó a ocupar seis kilómetros) y en la localidad barcelonesa de Martorell.
Aunque también hubo boicot contra los peajes en Girona Sur, Mollet y Garraf, donde se registraron pequeños colapsos, pese a las ordenes de la concesionaria de dejar pasar rápidamente a la gente.
La empresa Abertis, que concesiona la mayoría de las autopistas españolas indicó que tuvieron alrededor de 3.087 denuncias por impago que se suman a las 16.000, que hasta el jueves pasado había recibido el Servicio Catalán de Tráfico.
El lema de la protesta
Los organizadores de la protesta exigieron al Gobierno "que deje de hacer de cobrador de la concesionaria Abertis" y "que no persiga ni amenace a los ciudadanos adheridos a la campaña".
Si bien la empresa concesionaria Abertis dijo que la adhesión a la protesta fue mucho menor (casi un 50% menos) que la del pasado 1 de mayo, los organizadores discrepan diciendo que "el pueblo catalán ha respondido de nuevo contra el abuso que representan los peajes en Catalunya". Otro de los objetivos del grupo #novullpagar es pedir a todos los partidos políticos que apoyen la Ley de supresión de peajes presentada en el Parlament por Solidaritat Catalana per la Indepèndencia.
