En el primer semestre, los subsidios se orientaron fundamentalmente al sector energético con alrededor de 19.000 millones de pesos (CAMMESA y ENARSA) para garantizar el suministro de energía eléctrica y solventar la importación de gas.
Los subsidios para el transporte fue de 9.500 millones, a fin de mantener las tarifas de los trenes, colectivos y subtes, que representa el 29% del total.
En el transporte aerocomercial también se destacaron las transferencias a Aerolíneas Argentinas, fundadas en una política de Estado para asegurar vuelos a todo el país.