Con la reforma impositiva que entró en vigencia en marzo pasado, el cálculo sobre la carga tributaria estableció montos fijos de modo trimestral y para cada tipo de combustible. De este modo, las naftas y gasoil deberían subir un ocho por ciento en junio, en base a la inflación. Sin embargo, el congelamiento de precios en los surtidores hasta julio, firmado entre las petroleras y el Ministerio de Energía, podría extender la aplicación tributaria.
Antes de la reforma impositiva, el sistema preveía la aplicación de alícuotas porcentuales, que servían para calcular el tributo a pagar en base al precio de los combustibles a la salida de la refinería. Desde el 1º de marzo pasado, cuando se implementó el nuevo marco legal de impuestos, se instrumentó un esquema de montos fijos para cada tipo de derivado del petróleo con actualización trimestral, recordó el portal EconoJournal.
De acuerdo a la reforma – que se estableció en la Ley 27.430 – el primer Impuesto a los Combustibles debería ser abonado durante la primera quincena de junio, cuando el Indec publique el índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo. Según el portal de noticias energéticas, la cifra posiblemente ronde entre el 2,5 y el tres por ciento. En base a ello la AFIP debería establecer finalmente el monto impositivo, en función de la inflación en el período anual.
El Impuesto a los Combustibles asciende a 6,72 pesos en el caso de las naftas y 4,14 en el caso del gasoil. Las petroleras —YPF, Shell, Axion Energy, entre otras— pagan un 88 por ciento de esa cifra en el caso de las naftas (están mezcladas con un 12 por ciento de bioetanol, que no está gravado) y un 90 por ciento en el caso del gasoil (se mezcla con biodiesel, también exento), según lo explicado por EconoJournal.
Por otro lado, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, había firmado un acuerdo de congelamiento de precios en los surtidores hasta julio, junto a YPF, Shell y Axion Energy. En el mismo se establecía la compensación a las empresas por parte del Estado. Pero la corrida cambiaria y el abrupto aumento del crudo (que superó los 80 dólares) no sólo podría duplicar la deuda estatal con las petroleras sino que también pondría en riesgo la implementación de lo establecido por la reforma tributaria.
La cartera que maneja Aranguren cree que el impuesto debería regir luego del acuerdo, es decir, cuando aumenten las naftas y el gasoil en julio, aunque sugieren que dependerá de la decisión de Nicolás Dujovne, ministro elegido por Mauricio Macri para dirigir las áreas económicas del Gobierno. Sin embargo, EconoJournal habló con el entorno del ministerio de Hacienda al respecto y dijeron que “el tema debe resolverlo Energía”.
