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El Estado francés y la china Dongfeng entran en Peugeot

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El Estado francés y el fabricante chino Dongfeng tenían previsto formalizar este martes su entrada en el capital del fabricante de automóviles PSA Peugeot Citroën, poniendo fin a 200 años de control de la familia Peugeot. El Estado francés y la empresa estatal Dongfeng, segundo fabricante de automóviles chino, prevén desembolsar cada uno 800 millones de euros, lo que les dará derecho a un 14% del capital del fabricante.


Ello diluirá la parte de la familia Peugeot, que ha mantenido durante más de 200 años el control de la empresa, pasando del 25,4% al 14%. También perderá sus derechos de voto doble que le aseguraban actualmente el 38,1% de los derechos. El número de sus representantes en el consejo de vigilancia, cuatro en la actualidad, se reducirá a dos y Thierry Peugeot perdería la presidencia.


El objetivo de esta ampliación de capital es apuntalar al fabricante (90.000 empleados en Francia), que en 2012 registró 5.000 millones de euros de pérdidas por el hundimiento del mercado automovilístico europeo. El frabicante presentará el miércoles los resultados de 2013. "En los talleres, la gente dice que nos van a comer los chinos", confiesa Christian, 57 años. Como él, varios trabajadores interrogados por la AFP en la fábrica Peugeot de Sochaux (este) reciben con fatalismo la entrada de Dongfeng en el capital del grupo francés y ven con miedo eventuales deslocalizaciones. "Pero no tenemos elección. Todos los fabricantes automovilísticos recurren a grupos extranjeros. Si es para salvarse, se puede aceptar", dice.


Una cláusula prevé también que los tres principales accionistas (los Peugeot, el Estado y Dongfeng, que tendrán cada uno 14% del grupo) no puedan aumentar su nivel de participación durante 10 años, con el objetivo de limitar la influencia de Dongfeng.


El acuerdo final se firmará a finales de marzo durante una visita del presidente chino, Xi Jinping, a París. Asimismo, el consejo de vigilancia evocará en su próxima reunión la entrada en funciones del nuevo presidente del grupo, el portugués Carlos Tavares, a finales de marzo. El presidente saliente, Philippe Varin, se concentrará en la conclusión de las negociaciones con el Estado y Dongfeng.

 

Diferencias familiares

 

El órgano de vigilancia abordará también la creación de una empresa conjunta entre la filial bancaria de PSA y el banco español Santander. Según el diario económico francés Les Echos, la operación permitiría al francés recabar mil millones de euros. Para el ministro francés de Industria, Arnaud Montebourg, la entrada del Estado francés en el capital del grupo es una "decisión de patriotismo económico e industrial".

 

El fin de la supremacía en el grupo de la dinastía Peugeot no ha estado exenta de disensiones familiares. El presidente del consejo de vigilancia de PSA, Thierry Peugeot, reprochó en enero a su primo Robert Peugeot, presidente del holding familiar FFP, de llevar a cabo una "estrategia de desinversión de Peugeot" y de "desinteresarse " del grupo.


Antes de abrir el capital a los otros dos accionistas, el fabricante francés ya había tomado toda una serie de medidas para reducir los costos y mejorar la rentabilidad de sus plantas. La medida más emblemática fue el cierre de su fábrica de Aulnay-sous-Bois, en la región parisina, así como la supresión de 11.200 puestos de trabajo en Francia.


Tras el fracaso de su acercamiento al estadounidense General Motors, Peugeot cuenta con Dongfeng para acelerar su internacionalización. Las dos entidades ya tienen tres plantas conjuntas en China, estudian construir una cuarta y tienen en el punto de mira al sureste asiático. PSA también contempla dotarse con una fábrica en Europa occidental para fabricar los pequeños vehículos.

  

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