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El estacionamiento medido en la ciudad de Buenos Aires

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En primer lugar cabe destacar que el estacionamiento constituye una cuestión central en el ordenamiento del tránsito y una mejor administración del uso de un bien público, finito y escaso, como es la vía pública, contribuye en ese sentido.

 

La lógica en la cual se basa esta licitación, consiste en volver a otorgar la concesión de determinados espacios del dominio público a un privado para su explotación, sosteniendo como única herramienta técnica la tarifación plana y recibiendo en contraprestación un canon.

 

No existe ninguna prioridad a los residentes, ni la posibilidad de una tarifación progresiva, no emplea a la tarifa como un elemento regulador del sistema, ya que como está planteada la licitación toda la tarifa es para el concesionario.

 

Lo mismo sucede con el sistema de control ejercido por las grúas, que vuelve a girar en el círculo vicioso de más acarreos mayor ingreso para el concesionario, alejado de toda lógica benéfica al tránsito.

 

Un cambio sustancial en la concepción del sistema de estacionamiento de la ciudad

 

Así planteada la cuestión la licitación propuesta no supondrá ninguna mejora en el sistema de estacionamiento de la ciudad, ya que a los barrios que la misma no alcanza seguirán postergados en tanto no existe un sistema de acarreos que remueva los vehículos mal estacionados, que por ejemplo, obstaculicen sendas peatonales, rampas de discapacitados, salidas de estacionamiento, paradas de transportes públicos o lo hagan directamente en segunda fila. Tampoco garantiza la circulación en arterias vitales para el ingreso y egreso al área central.

 

Lo mismo acontece en aquellos barrios ubicados en las inmediaciones de grandes estadios donde se observa el caos que se produce en los días de eventos especiales, con tarifas coercitivas para los concurrentes (recaudado por vaya a saber quién) generando la obstrucción de calles, sendas y garajes para sus residentes, sin que nadie pueda remediar la situación toda vez que en los mismos el estacionamiento se encuentra pobremente regulado.

 

Entiendo que la ciudad debe planificar una política global que ordene el sistema de estacionamiento en todo el ámbito de la ciudad, sin exclusiones, que favorezca la rotación, que dé prioridad a los residentes, que priorice la remoción de los vehículos que constituyen un peligro para la circulación o afecten a derechos de otros usuarios de la vía pública.

 

Debe en consecuencia producirse un cambio sustancial en la concepción del sistema de estacionamiento de la ciudad, en la cual la tarifación de los espacios debe estar diseñada por la Ciudad y percibida por ella, por tratarse de una herramienta indelegable que permite establecer políticas de tránsito. Lo recaudado, tal como ocurre con el tributo por patentes, deben ser parte de los ingresos de la Ciudad y ser la Legislatura en la Ley de presupuesto quien asigne esos recursos.

 

En esa lógica, la Ciudad podrá concesionar la prestación del servicio de percepción de la tasa de estacionamiento, del sistema de acarreo y guarda de vehículos, del mantenimiento de la señalización vertical y demarcación horizontal, abonando solo por la efectiva percepción de un servicio y no por la cesión de un espacio público para el usufructo por parte de un privado.

 

Esto permitiría también integrar a trabajadores informales del sistema como son los vendedores de tarjetas azules y los llamados “trapitos”, lo mismo que habilitar nuevas forma de expendio de tickets de estacionamiento.

 

En este sentido, promoveré un proyecto de Ley con todas las modificaciones al Código de Transito y Transporte necesarias, que garanticen las herramientas legislativas adecuadas para el desarrollo de un Plan Integral para toda la Ciudad y que permita fundamentalmente que la Ciudad recupere la facultad de ser ella quien establezca las políticas de transito en la Ciudad de Buenos Aires.

 

De contar con la aprobación del Cuerpo Legislativo, le solicitaremos al Poder Ejecutivo la adecuación de los Pliegos a este nuevo sistema de estacionamiento.
 

 

(*) Claudio Palmeyro , presidente de la Comisión de Tránsito y Transporte de la Legislatura porteña.

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