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Buenos Aires

El 89,2% de los porteños está conforme con el transporte público.

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Los porteños demoran en promedio 30 minutos para llegar desde sus casas al trabajo, frente a 40 de quienes habitan las demás ciudades grandes de la región, según cifras del reciente Reporte de Economía y Desarrollo elaborado por la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina.

A tono con esta diferencia en la demora para trasladarse de un punto a otro, apenas el 10,8 por ciento de los ciudadanos de la ciudad de Buenos Aires está insatisfecho con el transporte público, mientras que el porcentaje se duplica y triplica en otras urbes como Caracas (23,5 por ciento), San Pablo (25,9 por ciento), Montevideo (27,2 por ciento), Lima (29,9 por ciento) o Bogotá (38,2 por ciento).

Estos números, según la CAF, se deben a que la población urbana en América Latina creció alrededor de 10 por ciento durante la última década, mientras que el parque de automóviles se expandió más de 40 por ciento y el de motos casi se triplicó, por lo que cada empleado tuvo que dedicar un 58 por ciento de tiempo adicional para llegar desde su casa hasta su trabajo en similar período de comparación.

Estos resultados surgen de la encuesta realizada por CAF-Banco de Desarrollo de América Latina- sobre una muestra cercana a los 13 mil hogares en 11 de las principales ciudades de América Latina, bajo el títulos “Crecimiento urbano y acceso a oportunidades: un desafío para América Latina”, que se presentó esta tarde en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).

El director representante CAF en Argentina, Andrés Rugueles, dijo: “Las dificultades en el acceso de los habitantes de las ciudades en vivienda, transporte y empleo limitan el crecimiento económico y obstaculizan el desarrollo”.

“El fenómeno de la urbanización aumenta la competitividad y la productividad de las ciudades. De ahí la importancia de poder conocer cómo se desarrollan para mejorar la accesibilidad a sus habitantes“, agregó el directivo, quien subrayó: “La importancia de las ciudades en América Latina se refleja en que el 55 por ciento de la población mundial vive en urbes, mientras que en América Latina son ocho de cada 10 habitantes, lo que las convierte en las más urbanizadas del planeta“.

Según el reporte de la CAF, la accesibilidad depende de cuatro ámbitos de política pública que están íntimamente ligados entre sí: la planeación y regulación del uso del suelo, la movilidad urbana, el funcionamiento del mercado de vivienda y la existencia de mecanismos de coordinación metropolitana.

Otro detalle de importancia en lo que respecta a las grandes urbes de América Latina es que entre el 20 por ciento y el 30 por ciento de los habitantes de la región viven en asentamientos informales, con acceso precario a servicios básicos e informalidad de la propiedad.

“La relación entre vivienda y transporte es clave para mejorar las conveniencias de los latinoamericanos. Muchos programas de vivienda social que buscan la reubicación de barrios informales terminan reduciendo la accesibilidad de estos hogares, al localizarse en áreas periféricas de baja conectividad con los centros de actividad económica de las ciudades“, sostiene el informe de la entidad multilateral.

Pablo Sanguinetti, economista jefe de CAF, dijo que las principales propuestas para mejorar esta situación deben tener como eje “planificar y regular el uso del suelo que dinamice el mercado de vivienda formal; la infraestructura de movilidad y los servicios en áreas suburbanas; flexibilizar la oferta de vivienda formal y fomentar la demanda; generar mecanismos formales e informales de cooperación metropolitana con legitimidad y acceso a formas de financiamiento; regular el transporte privado e implementar carriles exclusivos para transporte público y medios no convencionales en zonas de tráfico alto; son algunas de las herramientas para aprovechar los beneficios de la aglomeración en las ciudades“.

El informe también señala que la región tiene, en promedio, “una gobernanza metropolitana débil por falta de capacidades, recursos y legitimidad política”, lo que quita eficacia, calidad y orientación de los recursos en la intervención del Estado.

Rugueles recordó que La CAF a través de su programa Ciudades con Futuro, financió en los últimos cinco años proyectos de infraestructura por más de siete mil millones de dólares, en especial en transporte, agua y saneamiento, seguridad y educación en 25 ciudades latinoamericanas.

En ese marco, el directivo enfatizó que la entidad está interesada “en profundizar la colaboración con Buenos Aires y convertirla en ejemplo de cambio para toda América Latina” y puso como ejemplo el financiamiento por 400 millones de dólares destinado por la CAF para la construcción del Paseo del Bajo porteño.

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