"La corrupción es el problema de mayor crecimiento en la región. Casi una de cada cuatro empresas, el 23 por ciento, se vio afectada por este delito en los últimos doce meses, por encima del 13 por ciento del año pasado", indica el informe. El estudio agrega que "el 70 por ciento de las empresas de América latina dicen ser vulnerables a la corrupción, en comparación con sólo 20 por ciento" del año pasado, publicó la agencia DyN.
El jefe de la oficina de Kroll en Argentina, Matías Nahón, afirmó que "en un momento en que la economía mundial se ve sacudida por la incertidumbre y la volatilidad, América Latina continúa mostrando significativas oportunidades de inversión y crecimiento". El reporte dice además que "la prevalencia de fraude en la región se redujo al 74 por ciento comparado con el 90 por ciento del año pasado.
"El motor impulsor de la región sigue siendo Brasil. Sin embargo la arbitrariedad, la inseguridad jurídica y la pérdida de independencia del poder judicial muestran la mayor preocupación para muchos de los inversionistas y para las compañías que operan en la región", dijo el directivo. Nahón señaló que "por este motivo América Latina continúa generando dudas acerca de la transparencia, legalidad e imparcialidad en la administración pública".
Estudio
El estudio encargado por Kroll a la Unidad de Inteligencia del Grupo inglés The Economist encuestó a más de 1.200 altos ejecutivos de todo el mundo. Según dice el trabajo, "el número de empresas que se consideran vulnerables al robo de activos físicos aumentó del 29 al 58 por ciento, y el de aquellas vulnerables al manejo de conflicto de intereses creció del 26 al 53 por ciento".
Nahón sostuvo que en Argentina "las áreas más comprometidas siguen siendo compras, marketing y ventas, principalmente en empresas multinacionales". "El 60 por ciento de los casos son fraudes internos y comprobamos que la alta gerencia cada vez comete más este tipo de ilícitos, lo que implica que los montos involucrados son superiores", añadió.
El directivo dijo que "este año notamos que cada vez hay más consultas sobre robo o pérdida de información sensible debido a ataques externos propiciados -en muchos casos- por actuales o ex empleados". "Por lo tanto resulta indispensable que las áreas de tecnología de la información (TI) incorporen los mecanismos necesarios para controlar este tipo de intrusiones", señaló Nahón.