“En realidad, no sabía de la competencia hasta hace un rato”, cuenta el estudiante de Diseño Industrial en la UBA. Su avión tiene forma más bien cuadrada y el “plo-tteo” –a lapicera negra– muestra un torito con unas llamas de fuego. “El diseño me lo acordé de un programa que veía cuando era chico, Mecánica popular. Y lo de antes son unas figuras que practico en capoeira”, dice.
El desafío llamado "¡Manos a la hoja!", que procura estimular la audacia de los estudiantes, se jugó el jueves pasado en el Microestadio de Ciudad Universitaria, en Intendente Güiraldes 2620. Según el reglamento, todos los aviones se hacen con hojas A4 provistas por el personal para igualar peso y tamaño.
Santiago, estudiante de la Universidad de Palermo, de 21 años, también viajará en mayo para representar al país en la categoría distancia, disciplina que según los organizadores del evento tiene su record con Stephen Krieger (EE.UU.), con 63,19 metros. “Yo, la verdad, que no tengo ninguna relación con los aviones. Sólo los hacía en la escuela. La verdad es que vine a acompañar a un amigo y clasifiqué y después gané. No puedo creer que me voy a Austria.”
Los tres finalistas argentinos debieron marcar la mayor distancia, el mayor tiempo en el aire y la más espectacular acrobacia, evaluando también en creatividad, técnica de construcción y espectáculo aéreo. La final mundial de "¡Manos a la obra!" se jugará en Salzburgo, Austria, el 5 de mayo.
El record oficial mundial de mayor distancia lo ostenta el estadounidense Stephen Krieger desde 2003, con 63,19 metros; en tanto, el de mayor tiempo en el aire lo ostenta desde 2009 el japonés Takuo Toda, con 27,9 segundos, informaron los organizadores.