Ese medio siglo que transcurrió entre discusiones políticas, balseros, "gusanos", presos políticos, damas de blanco, deportistas disidentes y blogueros anticastristas no pudieron romper la norma estadounidense. Pero seis meses de espera para que lleguen unos lápices de colores fueron lo suficientemente fuerte para que Leonardo Sanchez-Adega junto a International Port Corp logren llegar una vez por semana.
Ayer por la mañana, algo antes de las 11 en la costa este de los EE.UU. y más de medio siglo más tarde, un buque portacontenedores con un solo contenedor volvió a cubrir la ruta entre el puerto de Miami y el de La Habana. "Se trata del primer cargamento directo que salió para allá desde que se impuso el bloqueo". Así explicaba el portavoz de International Port Corp (IPC), Sanchez-Adega. "Hubo un grupo de personas que tuvo la visión y la paciencia, porque el proceso de autorización es muy paulatino, tanto en lo que se refiere a las autorizaciones como a la logística".
El pedido de autorizaciones llevó alrededor de dos años a este "cubano con pasaporte estadounidense" y la meta fue "hacer algo diferente, crear un servicio humanitario con seriedad, que le otorgue a las familias y a las organizaciones un medio seguro para transportar sus bienes". El buque Ana Cecilia llegó a La Habana hoy a las 7 de la mañana. Descargará su único contenedor y retornará a los EE.UU.
Según el vocero de la compañía, el carguero que se utilizará tiene algo menos de 100 metros de eslora y recorrerá los 370 km con un máximo de 16 contenedores. "Esta vez enviamos uno solo para prestarle atención al detalle de la logística", dijo desde Miami a este medio Sánchez-Adega.
Entre las cosas que lleva el contendor se encuentra un colchón y una silla de ruedas eléctrica. "Si alguien viene y nos dice que quiere enviar 50 Rolex de oro para vender en Cuba, nos alegramos y le deseamos suerte en su negocio, pero nosotros sólo transportamos ayuda humanitaria" explicó el hombre que le envió comida y elementos de tocador a su media hermana.
Como ayuda humanitaria incluye un amplio abanico que va desde medicinas, comida, ropa, electrodomésticos y muebles hasta material de construcción, piezas de vehículos y generadores eléctricos. El inicio de este servicio es una muestra de cierta flexibilización en las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos después de que en los últimos años se hayan suavizado las restricciones en materia de remesas y viajes a la isla. Sin embargo, hasta hoy a la isla sólo llegaban compras que hacía la administración cubana.