Se mantiene el alerta en Europa, el secretario de Salud del Reino Unido, Matt Hancock, anunció esta tarde una serie de nuevas medidas a las que se enfrentarán los viajeros que lleguen al Reino Unido a partir del próximo lunes. Multas de hasta 10.000 libras a los que no cumplan con las nuevas reglamentaciones.
Todos los viajeros, turismo, residente o trabajo, en definitiva, todos los arribos al Reino Unido deberán someterse a dos pruebas de PCR al ingresar: una en el día dos y otra en el día ocho de autoaislamiento. Esto se aplicará a todos, independientemente desde dónde viajen o si están en cuarentena en un hotel o en su casa.
Esto significa que, a partir del lunes, cualquier persona que llegue al Reino Unido tomará un total de tres pruebas Covid-19, ya que también se requiere una prueba negativa dentro de las 72 horas posteriores al viaje.
Hancock dejó claro en el anuncio que cualquier resultado positivo requerirá diez días más de cuarentena a partir de la fecha de la prueba (en particular, sin síntomas), y que todos los resultados positivos serán analizados por secuenciación del genoma para identificar la variante, todo este proceso en un intento por controlar la propagación de cualquiera de las mutaciones consideradas preocupantes.
Mientras tanto, se espera que las llegadas de 33 “países de la lista roja” (que se cree que corren un riesgo creciente de nuevas variantes del virus) comiencen la cuarentena obligatoria en los hoteles a partir del próximo lunes, una política que se anunció la semana pasada pero que ha demostrado ser un desafío logístico para los funcionarios.
Además, el Secretario de Salud ha anunciado un aumento de las multas y penas para aquellos que no se autoimpongan en cuarentena, hasta 10.000 libras por incumplimiento. Aquellos a los que se descubra que han mentido sobre el lugar desde donde han viajado (tratando de eludir la “lista roja” para evitar la cuarentena del hotel) se enfrentarán a una pena de prisión de hasta diez años.
Estos anuncios están claramente diseñados para que los titulares sean bien grandes, que nadie deje de leerlos pero también sugiere que al gobierno le preocupa que la gente piense que es poco probable que los atrapen incumpliendo las reglamentaciones (la cuarentena del hotel requerirá la cooperación de los pasajeros, si los sistemas actuales tienen dificultades para identificar a quién miente).
La decisión de aumentar las políticas de viaje “de un extremo a otro” refleja la opinión generalizada en Whitehall -el palacio de Gobierno inglés- de que es necesario hacer más para proteger al Reino Unido de las nuevas variantes del virus, al tiempo que se equilibra la renuencia del gobierno a cerrar las fronteras definitivamente.
Si bien el Secretario de Salud señaló en la Cámara de los Comunes que el gobierno estaba trabajando con funcionarios australianos para aprender cuáles son las mejores prácticas, está claro que el gobierno aún valora mantener la frontera abierta para aquellos que consideran que su viaje es vital (y dentro de la ley).
Pero mientras el subdirector médico del gobierno insistió en la conferencia de prensa de anoche que las nuevas cepas no deberían incitar al pánico, el gobierno aún tiene que mostrar su seriedad en mantener estas nuevas cepas bajo control.
Si bien los datos preliminares de esta semana sugieren que la vacuna Oxford-AstraZeneca es eficaz para prevenir enfermedades graves causadas por la cepa sudafricana, no hay ningún deseo de que la población vacunada del Reino Unido se convierta en un caso de estudio y se están implementando “pruebas” en todas las regiones donde se identifica la nueva variante.
Desde hace tiempo la presión de los parlamentarios está aumentando y la industria hotelera espera con ansiedad y nerviosismo el anuncio sobre cuándo se aliviarán estas restricciones. Las cadenas hoteleras no están de acuerdo con las últimas medidas y hacen saber su descontento, muchos temen que que la compensación por mantener la cuarentena no sea equivalente a las ganancias de recibir a los turistas.
Los diputados quieren saber qué significan estas nuevas medidas para así tener una perspectiva de lo que les espera en las vacaciones de verano.
Hablando en la Cámara de los Comunes, Hancock sugirió que los viajes al extranjero podrían posponerse si las vacunas utilizadas en el Reino Unido (incluidas Pfizer y Oxford-AstraZeneca) se consideraban ineficaces contra nuevas cepas, al menos hasta que se pudieran administrar las inyecciones de refuerzo (que se cree que estará disponible en línea este otoño).
Cuando el legislador Mark Harper lo presionó sobre si las restricciones se relajarían alguna vez, el Secretario de Salud señaló que las hospitalizaciones y las muertes son las dos métricas clave para tomar estas decisiones. Estudios recientes sobre ambas vacunas sugerirían que, según estas métricas, la relajación puede ser posible pero no antes de tener nuedos datos y análisis más completos.
El Gobierno de Johnson es cada vez más cauteloso, no son pesimistas pero quieren evitar el entusiasmo de la gente y trabajar sobre la posibilidad de una eliminación gradual de las políticas que se acaban de anunciar recién el día de hoy.