Con el objetivo de descomprimir el tránsito en la ciudad, en diciembre de este año se comenzará con la obra de la autopista Ribereña, ahora llamada “Paseo del Bajo”, debido a la suma de espacios verdes en el proyecto. De esta manera, el tránsito pesado de camiones y micros de larga distancia que circulan en la actualidad por la avenida Ingeniero Huergo y su continuación, Eduardo Madero, deberán hacerlo por una nueva vía de cuatro carriles -dos de ida y dos de vuelta- en trinchera.
Este sistema vial consta de más de seis kilómetros, sobre el que se dispondrán cuatro cruces peatonales, 60.000 metros cuadrados de nuevos espacios verdes, espacios recreativos, ciclovías y postas aeróbicas.
La obra que se licitará en julio de este año y se extenderá hasta “mediados de 2019”, explicó el jefe de gobierno de la Ciudad. Durante el anuncio, el jefe de Gobierno porteño indicó que: “vamos a tener una sola Ciudad, unir el norte con el sur” y agregó que “beneficiará a millones de porteños”. “Este es uno de los principales nudos de tránsito que tiene la Ciudad”, mencionó Rodriguez Larreta durante el acto en la Usina del Arte, en el barrio de Barracas. Por su parte, Diego Santilli, vicejefe de gobierno porteño afirmó que los espacios verdes que se crearán con este proyecto “equivalen a dos Parques Lezama” y que esto genera un ambiente “con menos contaminación, menos ruido”.
Larreta durante el anuncio de la obra. Foto: Télam
Esta nueva organización vial mejorará sustancialmente la circulación de 25.000 vehículos, recortará los tiempos de viaje, aumentará la seguridad vehicular y de peatones.
Costo de la obra
El proyecto se llevará a cabo por Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte porteño a través de la empresa estatal AUSA y tendrá un costo de 650 millones de dólares que serán financiados por un préstamo internacional del Banco de Desarrollo de América Latina CAF de 400 millones y el resto con fondos de la Ciudad y la Corporación Antiguo Puerto Madero. La inversión que deberá hacer la Ciudad de Buenos Aires estará financiada por la venta de un predio de 90.000 metros cuadrados de un playón ferroviario que se ubica al lado de Catalinas Norte, que según el gobierno porteño hoy tiene un valor nulo.
De aprobarse la venta de los terrenos y permitirse el mismo tipo de construcción en torre que tienen las Catalinas (la Legislatura debe aprobará aprobar los cambios en las normas de planificación) podrían edificarse hasta 250.000 metros cuadrados.