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Constructores de automóviles europeos confían en poder resistir a la crisis

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"Por el momento, nuestro sector no está afectado por las inquietudes de los mercados financieros. Tenemos una fuerte demanda, en el mundo entero, tanto de parte de los clientes privados como de los profesionales", afirmó el martes último el patrón del constructor alemán Daimler, Dieter Zetsche, al abrirse a la prensa internacional el IAA, el salón mundial de automóviles más importante del mundo.

 

Su compatriota, el patrón de Volkswagen, Martin Winterkorn, comparte esta opinión: "consideramos que los mercados de automóviles mundiales van a seguir evolucionando de manera positiva".
 

El grupo gigante alemán Bosch, fabricante de partes para el sector automovilístico, calcula un crecimiento del 5% de la producción mundial de automóviles.

No obstante, detrás de este optimismo de rigor, se asoma una cierta inquietud ante una crisis de la deuda en la eurozona persistente, y ante una economía mundial que muestra signos de debilidad, sobre todo en Europa y en Estados Unidos.
 

 Hay en el ambiente la sensación de que los fabricantes de vehículos se preparan para un cambio de situación.
 

Los dos años de fuerte crecimiento que la industria acaba de conocer, ayudada por medidas gubernamentales que estimularon las compras de nuevos automóviles, corren el riesgo de quedar atrás, borrados, aunque nadie piense en una nueva recesión.

 

Si las turbulencias persisten durante mucho tiempo "ello podría evidentemente afectar la economía real", comentó el patrón de Daimler.
 

Y el sector de los automóviles, tributario más que ningún otro de la coyuntura, estará en primera línea.
 

 "Nos preparamos para un crecimiento reducido en el porvenir", había declarado por su parte la semana pasada el director financiero de BMW, Friedrich Eichiner, quien descarta no obstante una recesión.

 

Si la firma francesa Renault permanece confiada para 2011, evita sin embargo hacer cualquier tipo de pronóstico para el año
próximo.
 

PSA Peugeot Citroën, la competencia a nivel francés, ve el panorama más negro aún, preparándose "para tiempos más difíciles", según el presidente de su consejo directivo, Philippe Varin.
 

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