Luego de 38 días de paro, en donde los trabajadores le reclaman al gobierno volver a una antigua tabla de fletes y una reducción en el precio de los peajes para obtener así mayores ingresos, el presidente colombiano Juan Manuel Santos amenazó con incautar los camiones de los trabajadores y cancelar las licencias.
El mandatario afirmó que no permitirá que sigan subiendo los precios de los alimentos en las grandes ciudades a raíz de la escasez de productos y agregó que desde que empezó la huelga ordenó al Ministerio de Transporte dialogar con los dueños de las empresas de camiones para "escuchar sus reclamos y buscar soluciones realistas". Sin embargo, dijo que su gobierno no acepta una exigencia de los empresarios que busca mantener un sistema mediante el cual se convierte en chatarra los camiones que han cumplido su ciclo de vida útil porque eso se ha convertido en "un foco de la corrupción".
Asimismo, indicó que no tolera actos de violencia como los que han ocurrido en los últimos días en varias rutas por ataques contra camiones que no pertenecen a las empresas cuyos dueños convocaron la huelga.
Santos dijo que además de las medidas contra el sector de transportistas que participa en la huelga, su gobierno permitirá temporalmente el transporte de carga a camiones que no están afiliados a grandes empresas, con el objetivo de movilizar los productos que están retenidos en las rutas. También señaló que la fuerza pública seguirá custodiando caravanas de camiones para evitar que los vehículos sean atacados.
