Este punto neurálgico de Puerto Madero es uno de los cinco lugares de Buenos Aires donde la actividad de los "trapitos" funciona como un aceitado engranaje, donde no hay controles eficientes, denuncias ni sanciones. Y son muy fuertes las sospechas de que trabajarían en connivencia con los agentes de seguridad de turno.
Otro sitios tradicionales de la ciudad donde estacionar el auto en un espacio público gratuito implicará dejar una suma de dinero ante una extorsión a veces explícita y otras implícita son los polos gastronómicos en Balcarce y Chile (San Telmo) y Báez y Arguibel (Las Cañitas); los aledaños del Hipódromo de Palermo, en Libertador y Dorrego, y la zona de la plaza Julio Cortázar (Palermo).
Allí, las tarifas por dejar el auto oscilan entre los 10 y los 40 pesos, monto que el atildado "trapito"redondeará de acuerdo con dos variables: el poder adquisitivo del conductor y su permanencia en el lugar. "Algunos no te piden plata, pero si vos les decís «ya vengo» te miran mal. Y no te quedás tranquilo. Volvés y tenés el auto rayado o el espejo doblado. Salgo a divertirme y no tengo ganas de ir a hacer una denuncia, por eso prefiero pagar 20 pesos y chau…", dice Ezequiel, que suele dejar el vehículo en la calle Serrano, a cuadras de la plaza Cortázar.
Según la ONG Defendamos Buenos Aires, hay más de 4000 "trapitos" en la Capital. Autoridades porteñas consultadas por LA NACION indicaron que no tienen un relevamiento sobre esa actividad ilegal.
"La mafia de los «trapitos» llegó a casi todos los barrios, incluso a zonas de Liniers, Villa Soldati y Pompeya. En 2005 sólo había cuidacoches estables en Belgrano, Palermo, Recoleta y algunas calles de San Telmo. Pero en la actualidad crecieron en forma exponencial y, según nuestros registros, ya hay más 4000", dijo Javier Miglino, presidente de Defendamos Buenos Aires.
En algunas zonas tomadas por "trapitos" suele haber un jefe de cuadrilla, con handy, que avisa de la presencia de la policía o de vecinos que se marchan sin saldar la tarifa o se rehúsan a hacerlo. "¿Qué querés? ¿Una nota? ¿Y vos me vas a dar trabajo, después de que salga?", le dijo a este cronista un cuidacoches apostado frente al Hipódromo de Palermo. Mientras acomodaba un fajo de billetes informó su tarifa: 15 pesos.
En Las Cañitas, hay "trapitos" históricos y populares que reciben propinas de hasta 50 pesos por noche. En general, funciona como valet parking, donde el conductor le deja la llave y éste lo estaciona, en doble fila, en una cuadra "reservada" para su negocio.
Multas
Si bien la actividad de los cuidacoches hoy está prohibida, la norma ofrece muchos grises. El artículo 79 del Código Contravencional especifica: "Quien exige retribución por el estacionamiento o cuidado de vehículos en la vía pública sin autorización legal es sancionado con uno a dos días de trabajo de utilidad pública o multa de 200 pesos a 400 pesos. Cuando exista previa organización, la sanción se eleva al doble para el organizador".
La cuestión es que para que el castigo se haga efectivo la policía debe descubrir in fraganti al cuidacoches en el momento de "exigir" ese pago, mientras que la justicia porteña debe comprobar fehacientemente que existió una exigencia monetaria hacia el conductor para aplicar la pena correspondiente. La policía parece desentenderse, como también aquellos que eligen ser víctimas de ese requerimiento perentorio sin denunciarlo.
Por caso, en Niceto Vega entre Juan B. Justo y Bonpland, en una zona de boliches de Palermo, funciona el valet parking con autos que se estacionan sobre las veredas. Allí, los "trapitos" dan a conocer sus números de celulares para que el conductor pueda reservar, con una simple llamada, un lugar para estacionar en la vía pública, algo que debería ser gratuito.
CURIOSIDADES
$ 150 Tarifa récord. En recitales en el estadio de River, como en el show de Paul McCartney, cobraban esa cifra para estacionar.
Palermo, el más caro. En los polos gastronómicos de Palermo se paga más caro para estacionar, desde 10 pesos, por la mañana, hasta 40 pesos.
En bicicleta. Para disuadir a la policía y cubrir zonas más amplias, algunos cuidacoches vigilan su cuadra en bicicleta.
Fuente: Diario La Nación