Mediante una resolución dictada el pasado lunes y que recién se conoció hoy, el magistrado agrupó las querellas en cuatro grupos, identificados por intereses. Así, dispuso unificarlas en el abogado Gregorio Dalbon; aquellas que cuentan con estrategias procesales distintas a las de este abogado; otras que no acusan al conductor de la formación siniestrada imputado en el caso; y la querella instaurada por María Luján Rey y Paolo Fabián Menghini, que no será unificada con ninguna otra.
Bonadío justificó su resolución en que "por un lado impedirá que el imputado se encuentre en una innegable situación de desventaja respecto de una más que considerable cantidad de sujetos procesales con facultades autónomas; y por otro lado,
contribuirá al mantenimiento del orden en el proceso, primando la economía procesal". A ello sumó una mayor facilidad en "el trámite de las actuaciones, teniendo por norte una mejor y más pronta administración de justicia", indicó.
Más allá que el juez tuvo en cuenta que todas las víctimas tienen "interés de perseguir penalmente a los autores y partícipes de ese hecho", recalcó que "existen otras cuestiones a considerar al momento de evaluar la concurrencia de esa comunidad de intereses" como lo son "los puntos de vista y las estrategias procesales disímiles de los querellantes, al igual que la compatibilidad entre los mismos".
"Sin perjuicio, se hace saber que para el caso de que algún acusador particular no comparta un criterio con quien encabece la
personería de la que forme parte, podrá dejar a salvo su postura. Ello, en pos de la salvaguarda del derecho de defensa del que también son acreedores los querellantes", aclaró.