El objetivo es disminuir las compras fuera del Mercosur, que llegaron a 37.000 millones de dólares, explicó ayer la ministra de Industria, Débora Giorgi. El encuentro técnico de Brasilia es parte del plan de trabajo elaborado en las dos reuniones realizadas entre Giorgi y el ministro de Industria de Brasil, Fernando Pimentel, en la capital brasileña, a fines de julio, y en Mendoza, en junio, en ocasión de reuniones de jefes de Estado del Mercosur.
En esas oportunidades, los funcionarios definieron la importancia de alcanzar un Nuevo Protocolo Automotriz Bilateral. En los diálogos de octubre se incorporarán elementos de administración de comercio y se avanzará en temas de carácter técnico industrial, fijando pautas sobre inversión, producción y contenido regional de la producción de automóviles.
Ambos ministros coincidieron en el diagnóstico de la actualidad del sector automotriz-autopartista y destacaron que el contexto internacional y la realidad de la industria global requieren nuevas reglas de juego, que garanticen una mayor integración regional, la modernización de los productos y de la industria y un aumento del contenido tecnológico de los autos producidos en la región.
Se apunta a revertir el proceso que derivó en una fuerte dependencia de la importación de componentes desde extrazona: en conjunto, Argentina y Brasil registran hoy una importación de 37.000 millones de dólares por año desde el resto del mundo.
A la reunión en Brasil viajaron 120 empresarios autopartistas enrolados en la CGE, junto al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. En San Pablo hubo alrededor de 600 encuentros con clientes brasileños o potenciales compradores.
El objetivo es lograr mayor equilibrio en la relación comercial del sector y fomentar la integración de las cadenas productivas.
"La CGE estuvo presente con un nutrido grupo de empresarios y apoya decididamente la política de sustitución de importaciones", dijo el titular de la entidad, Guillermo Gómez Galizia.