La estación se terminó de construir en diciembre de 2016 y según informó la edición dominical del diario Clarín, costó más de 30 millones de dólares. Está ubicada en Perito Moreno y Mariano Acosta, entre Flores y Villa Soldati.
“A Dellepiane no llegan el tren ni el subte, no hay demanda, ni pasajeros, es difícil acceder y además nos costaría mucho dinero por el pago de los peajes de la Autopista 25 de Mayo”, indicaron a Clarín fuentes cercanas a la Cámara de Empresas de Buses de Larga Distancia (CELADI). Además, agregaron que “se duplicarían los costos por alquiler de boleterías y el uso de dársenas porque ya estamos en Retiro. No es viable para nosotros y nunca nos consultaron”.
Martín Améndola, presidente de Terminales Terrestres Argentina S.A. que está a cargo de la estación, indicó al diario de tirada nacional que lo argumentos de los transportistas no tienen sustento: “Por todas las obras en marcha en las cercanías, las empresas necesitan más que nunca desconcentrar sus operaciones de Retiro. Dicen que a Dellepiane no llega subte ni tren, cuando 9 de cada 10 pasajeros de micros de larga distancia van a Retiro en colectivo, taxi o auto particular. Con ese criterio, ¿Por qué siguen operando las mismas empresas en Liniers? Ya les garantizamos que si sus micros pasan por Dellepiane al entrar o salir de la Ciudad el uso de la dársena sería bonificado. Su postura no se entiende, a menos que encubra otras intenciones. Están perjudicando a miles de vecinos, en especial a los que viajan a la Costa, al sur o al oeste de la provincia de Buenos Aires y que en su mayoría viven cerca de la nueva estación”.
El Decreto 763/2016, firmado por el presidente Mauricio Macri, el Jefe de Gabinete Marcos Peña y el Ministro de Transporte Guillermo Dietrich, dispuso que al nuevo predio se mudaría el 35 por ciento de las operaciones de la Terminal de Retiro, y que la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) tendría seis meses para asignar el nuevo destino entre las empresas de micros. Esto aún no sucedió porque, según informaron desde la CNRT, “el decreto establecía que podían salir hasta el 35 por ciento de los servicios de micros, no que era obligatorio que ocurriera. El rol del organismo era el de verificar que este límite no se excediera”.
Hasta el momento, la Unión Tranviarios Automotor (UTA), a través de Rubén Villafañe del Consejo Directivo del sindicato, demostró su preocupación ante la situación y dijo a Clarín. “Es muy preocupante lo que está pasando. Se están perdiendo 400 puestos directos de trabajo, amén de los que pueden generarse en la zona, en un momento del país muy sensible, en el que precisamente lo que hay que fomentar es la creación de fuentes laborales. Necesitamos que este problema se destrabe lo antes posible”.
Para concluir, Améndola arremetió contra los transportistas: “El uso de Dellepiane no es facultativo de los dueños de los micros sino que es una obligación legal que deben respetar y confiamos en que el Gobierno la hará cumplir. Los empresarios no pueden hacer lo que se les ocurra, porque hay mucha gente que va a seguir sufriendo trastornos cuando podría tener una experiencia de viaje mucho mejor en las nuevas instalaciones. Estamos presos de un lobby”.