El concepto ITS, conteniendo solamente la palabra “transporte”, minimiza a aquél dado que estas soluciones tecnológicas atraviesan, simultánea y transversalmente, distintos tópicos.
Podemos intentar imaginar un pentágono con lados principales de actuación de los ITS´s: el primer punto de vista podría ser su ubicación: jurisdiccional (Provincia, Ciudad, Municipio) o lugar de aplicación (ruta, autopista, calle, etc). El segundo eje versa sobre los procesos y/u organigrama gubernamental (Transporte, Obras Públicas, Educación, Salud, Economía, Infraestructura Vial, Industria, etc.). El tercer eje se basaría en el modo de transporte (automotor, ferroviario, aérea, fluvial, pedestre, bicicleta, etc.). Un cuarto andarivel lo constituirían las acciones u objetivos a controlar o lograr: seguridad vial, polución ambiental, movilidad, consumo energético, etc. y el quinto lado estaría determinado por los beneficiarios de la implementación de las soluciones: peatón, conductor, productor, estudiante, camionero, taxista, terceros, etc.
En cada lado se podrían imaginar tres ejes o niveles con definiciones sobre la situación actual y la futura requerida, posible y/o probable. Estos niveles en orden creciente serían el operacional, el táctico y el estratégico con proyecciones por etapas.
Todos estos lados y ejes definidos espacial y temporalmente deben estar compuestos de sistemas, productos y servicios totalmente integrados, sustentables e interoperables para lograr una performance óptima.
Finalmente, sería deseable que las metas de la utilización de los ITS´s sean determinados en forma alineada y congruente, de tal manera que contribuyan al logro de objetivos nacionales, de corto, mediano y largo plazo, tales como la unión nacional, la industrialización, el aumento del empleo y del valor agregado, la educación especialmente técnica, el desarrollo económico y la inclusión social, entre otros.
(*) Daniel G. Russomanno, presidente de ITS de Argentina.
