A través de un comunicado, los directivos de la autopartista confirmaron el despido de 240 operarios, pese a que se había comprometido a no cerrar la planta. Según argumentan, el cierre de la planta en Quilmes se debe a que “la empresa opera en un mercado muy competitivo a nivel mundial y, no puede sostener instalaciones como la de Quilmes que está operando a menos de su capacidad total, sin ninguna posibilidad de ganar nuevos negocios importantes”.
Ante la decisión de la empresa, en un acuerdo firmado en el ministerio de Trabajo, el municipio de Quilmes y la Unión Obrera Metalúrgica se harán cargo de la continuidad operativa de la autopartista, que donará los vienen muebles e inmuebles a la UOM local y al municipio que gobierna Francisco “Barba” Gutiérrez. Además, Visteon deberá abonar una indemnización un 50% superior a la que establece la Ley de Contrato de Trabajo.
"La idea es desarrollar un nuevo emprendimiento industrial donde pudieran encontrar trabajo quienes fueran despedidos y a su vez constituir un ámbito para la formación y la capacitación laboral de esos y otros trabajadores del sector", señaló la cartera laboral
El mes pasado, al conocerse la sorpresiva decisión de la autopartista, los operarios realizaron una ocupación pacífica de la fábrica. El delegado de la UOM, Ernesto Salvatierra, explicó que "los problemas de la empresa empezaron hace un par de años. Hace dos que estaba abierto el retiro voluntario y la empresa realizó un recorte de empleados, pero seguía funcionando y manteniendo alguna productividad. Esto nos sorprendió a todos, no esperábamos una decisión intempestiva como esta.
En la autopartista se fabricaban hasta ahora productos de control de climatizadores como condensadores de aire acondicionado, radiadores para el enfriamiento de fluidos y mangueras de aire acondicionado.
