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“No sabemos exactamente a dónde fueron los millones de los subsidios”

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Omar Maturano, el secretario general de La Fraternidad, el gremio de los maquinistas, defiende al conductor del tren de Once que declaró ayer en la Justicia, y explica paso a paso las variables que determinaron la muerte evitable de 51 pasajeros, Busca despegar de la responsabilidad al subsecretario de Transporte Ferroviario, Antonio Luna –un funcionario puesto por el sindicato–, pero admite que si la empresa hubiese invertido y el Gobierno hubiese controlado, las víctimas del accidente estarían vivas,

 

—¿Cómo fue el accidente, según pudieron reconstruir?

—El tren entró normal a la plataforma de Once, no hubo falla humana. El maquinista tiene una foja de servicio intachable, no estaba alcoholizado ni drogado. Manejó como conductor unos 3 mil trenes y más de 16 mil kilómetros. El coche que manejaba, como muchos, no tenía velocímetro. Nosotros sacamos la velocidad mentalmente, pero puede haber un error humano. Hubo cancelaciones de otros servicios, el tren llevaba sobrepeso. En cada vagón hay espacio para 150 pasajeros y llevaba 260 personas.

Con sobrepeso, el coche se hunde unos 5,6 centímetros debajo del andén. El primer vagón iba más cargado, no estaba al mismo nivel que el segundo y los vagones de adelante se aplastaron porque hay fatiga del material.
Eso influyó: al chocar, el primer vagón entró unos 6, 7 metros dentro del segundo.

 

—Eso causó la mayoría de las muertes. ¿Era evitable?

—Si no hubiera fatiga del material, no hubiese pasado. El paragolpes hidráulico, que sirve para frenar el impacto, no estaba lubricado. Se tendría que lubricar cada 15 días y no se hace. Tampoco se purga desde hace años. Si hubiera estado en condiciones, el primer vagón no se hubiera subido al segundo. Además, le fallaron los frenos. El maquinista es víctima del sistema. El secretario de Transporte no puede salir a deslizar que los frenos funcionaban.

 

—¿Entonces hay responsabilidad de TBA? —No es el TBA. La culpa es la falta de inversión, que existe en todas las empresas, y eso viene de los gobiernos desde 1958 hasta 2003, y especialmente desde los 90.

—Desde 2003, pasaron nueve años y cientos de millones en subsidios…

 

—No sabemos exactamente a dónde fue el dinero de los subsidios y a dónde no fue. Schiavi nos dice “les dimos tanto a las empresas” y las empresas nos dicen “la usamos para pagar sueldos”.

 

—¿El gremio denunció esta falta de inversión?
—Sí, ante Trabajo, la CNRT, la Secretaría de Transporte y ante las empresas. Hicimos una protesta el año pasado manejando los trenes a 30 kilómetros por hora durante toda la jornada.

 

—El subsecretario Luna también es muy criticado por el estado de los trenes.

—El no tiene responsabilidad en los subsidios. Estamos orgullosos de haberlo incluido como funcionario. Es leal a los intereses del ferrocarril. Necesitamos una inversión de 40 mil millones de dólares para reactivar la red ferroviaria y diez años para llevarlo a cabo. Queremos que el proyecto vaya al Congreso.

 

—¿No cree que hay responsabilidad de la Secretaría de Transporte?

—El único que tiene poder de policía es el Ministerio de Trabajo.

 

—Pero los subsidios los entrega Transporte. ¿No cree que hay negligencia tanto de la empresa como del Gobierno?

—La negligencia es la no inversión. Desde 2003, se hicieron parches. La cantidad de pasajeros creció un 40 por ciento desde 2002.

—Si se pusieron parches, ¿entonces hay una política de transporte oficial?

—No hay una política seria de transporte ferroviario.

 

—¿Habló con Cirigliano después del accidente?

—Sí, estaba muy acongojado.TBA no es sólo Cirigliano. Son los trabajadores también.
—Es el máximo responsable de la empresa TBA…
—Sí, es el responsable, es el dueño.

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